Hace unos días que soporto dos mayúsculos cabreos relacionados por supuesto con la política, ambos casos referidos a la combinación de estupidez, deshonestidad y tozudez.
El primer cabreo me lo causó un artículo publicado en La Vanguardia del domingo 7 de junio, de Jaume Giné, profesor de ESADE, que os adjunto. Lo que explica este artículo sería una buena razón para felicitar efusivamente a los estúpidos que desde Madrid llevan décadas matando las inmensas posibilidades de los puertos mediterráneos españoles y del transporte de la zona que produce el 60% de las exportaciones del país al impedir por todos los medios, incluidos los inmorales e indecentes, que el Corredor Mediterráneo sea una línea eficaz y tecnológicamente al día, felicitación obligada porque están muy cerca de conseguir su objetivo: Que los puertos mediterráneos españoles pierdan la batalla del transporte desde Asia al centro de Europa, con el agravante que los únicos responsables de que se pierda esta batalla son un grupo de políticos y funcionarios que, a pesar de expresar continuamente su amor a España y quererla una, grande y libre, se dedican a destrozar el país desde Madrid, tomando invariablemente sus decisiones sobre infraestructuras sin tener en absoluto en cuenta el factor económico y la viabilidad, y basándose exclusivamente en los intereses, gustos y fobias de quien les manda.
El artículo repasa todos los puertos que pueden hacerle la competencia al de Barcelona y se centra en Cosco, una compañía china que se ha adjudicado por 35 años la gestión de las terminales 2 y 3 del puerto del Pireo en Grecia, y están llevando a cabo fuertes inversiones, algunas efectuadas por empresas públicas chinas, con la intención de hacer del puerto griego el más importante en el trafico Asia-Centroeuropa. Hace más de doce años que el puerto de Barcelona tuvo la oportunidad de ser el centro de dicho tráfico cuando Hutchison Telecom de Hong Kong empezó la construcción de un puerto de contenedores, proyecto en que el único compromiso de los malditos funcionarios de Madrid era construir un acceso ferroviario de ancho europeo hasta la frontera francesa, compromiso que los malditos mencionados han incumplido solo seis veces hasta que los de Hutchison, hartos de cachondeo, decidieron interrumpir el proyecto cuando justo se iniciaba la segunda y última fase. Los malditos han tenido la inmensa caradura de aducir problemas de presupuesto para incumplir totalmente los plazos, cuando el proyecto de toda la obra era solo una fracción del coste de cualquiera de las líneas de AVE que desde Madrid a ninguna parte han construido con profusión y sin problemas ni retrasos. Y sin embargo no entienden porque cada vez hay más independentistas en Catalunya.
Creo que en el futuro, cuando los gobernantes, funcionarios y empresarios catalanes estén negociando posibles proyectos importantes en Catalunya, por honestidad deberían advertir a los inversores extranjeros que en Madrid hay unos cafres que harán todo lo posible por reventar el proyecto por más beneficioso que sea para el país, y que en España, en especial en Madrid, hay unos miserables que consideran que competir no consiste en hacerlo mejor que la competencia, sino dedicarse solo a utilizar todos los medios, legales, ilegales, indecentes y mafiosos para perjudicar y a poder ser destruir al competidor.
El segundo cabreo se debe a la estupidez, irresponsabilidad y cortedad de miras de Merkel-U.E. en su negociación con Grecia.
No entiendo cómo puede sostenerse la postura de unos señores que no solo no hicieron en su día lo que tocaba declarando a Grecia en quiebra porque a la jefa no le interesaba, que pusieron en marcha unas medidas económicas que en los países que, como el nuestro, se han recuperado de la crisis han dado como resultado una crisis más profunda y más larga y una recuperación frágil y leeeeenta, pero en el caso de Grecia no han solucionado nada y lo único que ha aumentado muy considerablemente es el endeudamiento del país, que a pesar que no hay en el mundo nadie que sepa dos cosas de economía y que no les haya dicho que sus medidas son de manicomio las mantienen contra viento y marea, y que no se den cuenta que los griegos simplemente se han hartado de soportar esfuerzos y sacrificios por hacer lo que les dicen la Loca de Berlín y los tontitos de Bruselas, sin que en 5 años las cosas hayan mejorado ni un milímetro y están cada vez peor.
Solo añadiré dos cosas, primero un artículo del premio Nobel de economía Joseph Stiglitz, “El último acto de Europa”, publicado por El País el domingo 14 de junio en que deja de vuelta y media la negociación que la U.E. está llevando a cabo con Grecia y en general todas las medidas económicas de la Loca de Berlín y la U.E.
Lo segundo es que en un e-mail reciente de The Right Side, el servicio de información sobre mercados financieros al que estoy suscrito y que, por cierto, ahora se llama Daily Reckoning, hacían un resumen de las consecuencias que puede tener un final sin acuerdo de la negociación Grecia-U.E., y advertían que caso de darse el “Grexit”, es decir la quiebra de Grecia y su salida del Euro y de la U.E., muchos expertos, entre los que se cuentan la mayoría de los excelentes técnicos de la propia U.E. a quien ni la Loca de Berlín ni nadie en la U.E. hace caso, piensan en un grave inconveniente para la U.E., porque todos ellos auguran que en Grecia, una vez se haya librado de Locas de Berlín, U.E. y Eurozona, su economía se recuperará con relativa rapidez y eso no solo puede acabar con las ganas de entrar en la U.E. de países que no forman parte de ella, sino que provocará que otros países miembros también quieran salir de la U.E., y curiosamente mencionan como posibles ejemplos los casos de Italia y España, por supuesto con otro tipo de gobierno, porque el obediente Rajoy nunca haría esas cosas.
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