Post invitado: escrito por Rocío García
Me encontré con mis pasajeros en Ezeiza y con las tarjetas de embarque en mano emprendimos un muy lindo vuelo de 13 horas con un servicio de Lufthansa increíble. Llegamos a Frankfurt e hicimos una corta conexión a Budapest, el primer destino.
El primer día hicimos un City tour con nuestra guía Caty, una DIVINA. Nos brindó muchísima información y su calidez y simpatía fueron realmente un agregado muy especial.
Visitamos la plaza de los héroes, que tiene enfrente el museo de bellas artes y la pinacoteca nacional, la zona de Pesty después cruzamos el Danubio hacia Buda, la parte más antigua de la ciudad.
A la tarde tuvimos tiempo libre y me fui a caminar para recorrer la ciudad por mi cuenta: visité la sinagoga (la más grande de Europa Central), la Basílica de San Esteban, que es la iglesia mas importante, la peatonal Vacy que es similar a nuestra calle Florida pero más elegante y me tomé el Metro para ver los baños termales que son típicos, ya que se encuentran emplazados en edificios súper antiguos.
Cuando intenté volver, ME PERDÍ... pero estuvo bueno porque descubrí callecitas y edificios increíblemente raros de una arquitectura que no se cuándo volveré a ver.
A la noche salimos a comer KEBAB (una comida turca que está presente en todos los carritos ambulantes de las ciudades que conocí) y a un bar que se llama Szimpla... que está en una casa tomada, bien under pero con gente buena onda.
Super recomendable El museo de Bellas Artes, no sólo por el tremendo edificio en el que está alojado, sino por la colección tan interesante: Pintura Holandesa, Española, Flamenca, entre otras. Hicimos una navegación de una hora por el Danubio (bellísima) y nos fuimos a cenar a las afueras de la ciudad a una cena típica Zíngara. Al regreso, la guía nos llevó hasta un mirador donde pudimos ver esta ciudad tan romántica, toda iluminada.
El último día me levanté muy temprano. Fui a ver el mercado, una obra de infraestructura súper interesante. Allí se venden frutas, verduras, souvenires etc y lo que más me llamó la atención era el orden que tenía todo.
Almorcé en el Hard Rock Café una ensalada Caesar y me tomé el subte a Boulevar Andrassy, una especie de Avenida Alvear en dónde se encuentran los locales más elegantes: Louis Vuitton, Ermenegildo Zegna, Burberry, Gucci, Cavalli, entre otros.
A las 3 nos encontramos con el grupo para hacer una visita a la Ópera... una joyita! No tiene un tamaño muy grande pero es muy elegante. (Aunque nada tenemos que envidiarle con nuestro GENIAL Colón). Hicimos una caminata arquitectónica y merendamos en Gerbaud, una de las cafeterías más renombradas y así nos despedimos de Budapest...
Salimos tempranito del hotel y pasamos el día en Bratislava, capital de Eslovaquia, donde nos estaba esperando nuestra guía Silvia.
Su visita (caminando) fue muy rica ya que por su edad, no sólo nos transmitió sus conocimientos sino que además sus experiencias fueron muy valiosas: la vida durante el régimen comunista, la separación de los Checos, etc.
Luego tuvimos la tarde libre para poder conocer un poco de esta ciudad: Las calles me dejaron enloquecida y algo muy curioso que no puedo dejar pasar por alto: en una iglesia ya en des uso, abrieron una DISCO!