Símbolo de Sicilia. Italia
Unos días de diciembre más el Puente de la Inmaculada y podemos escapamos a Sicilia 9 días. Volamos con Alitalia de Barcelona a Palermo vía Roma (150 € i/v).Llegamos a Palermo a las 4 de la tarde y cogemos el bus (11 € i/v) que va parando por distintos puntos de la ciudad, pero nosotros nos bajamos en la Stazione Centrale, final del trayecto. Cuando llegamos son casi las cinco de la tarde y ya ha anochecido.
Piazza Pretoria
Fontana della Vergogn. Palermo
Caminamos en un corto paseo hasta el Hotel Centrale Palace (72 €) en pleno centro histórico, cerca de los "Quattro Canti" y de la famosa Piazza Pretoria, donde se encuentra la "Fontana della Vergogna". Viajar fuera de temporada tiene sus ventajas y el precio de los hoteles es muy asequible.Viajamos con nuestra amiga Concha que llega a Palermo unas horas más tarde. Ella se aloja en el Hotel Ambasciatori (59 €) con una espectacular terraza desde la que se ve toda la ciudad.
Palermo desde la terraza
La primera imagen de Palermo es de cierto deterioro, abundan los edificios señoriales venidos a menos, que se mantienen en pie a duras penas y que dan una idea de un pasado de riqueza y de mezcla de culturas.Desde el primer momento esta ciudad me resulta agradable, me gusta esta mezcla.
Iglesia de San Francisco de Asis
En nuestro primer paseo vamos por las callejuelas estrechas del barrio de La Kalsa hasta la iglesia de San Francisco de Asis. Las casas algo deterioradas exhiben ropa tendida en los balcones y los coches circulan por calles tan estrechas que parece que se van a quedar encajados.En la calle principal las luces de Navidad marcan el camino hasta la iglesia. En el interior el ambiente es extraño. Se celebra una ceremonia con las luces apagadas. En un lado del altar destaca el paso de la Inmaculada Concepción que está iluminado y la voz del cura retumba en la oscuridad. La iglesia está llena de fieles pero no se oye ni un murmullo. Son los actos previos al día de la Inmaculada, que al igual que en España, se celebra el 8 de Diciembre.
Gigantes de la Porta Nuova
Gigantes de la Porta Nuova
Ya con la luz del sol salimos a conocer la ciudad. Nuestro primer destino es el Palazzo dei Normanni, actual sede de la Asamblea Regional Siciliana, donde se encuentra la Cappella Palatina, la joya más famosa de Palermo.Paseamos despacio, nos paramos en la Piazza Pretoria, cruzamos la Piazza della Vittoria, pasamos de largo la catedral, cruzamos la Porta Nuova con las enormes figuras de piedra que la custodian y llegamos al Palacio Real. Compramos la entrada (7 €) más una audioguia (5€) (que me parece muy pesada) y subimos la escalinata hasta la Capilla.
Palacio de los Normandos. Palermo
CAPPELLA PALATINAEscudo de la Corona de Aragón en la Cappella
Tenemos la inmensa suerte de visitarlas sin gente, a ratos estamos los tres solos y podemos permitimos el lujo de recrearnos en el altar, la linterna antigua, la techumbre, las pinturas que rodean los arcos, los detalles en pan de oro que lo cubre todo...
En el espacio del trono nos alegra encontrar, casi escondido, el escudo de la Corona de Aragón, y constatar que Sicilia y Aragón compartieron durante más de 200 años, una cultura común de mutua influencia que se refleja en los edificios de la época tanto sicilianos como aragoneses. Un ejemplo de esta influencia es el Palacio Ardiz de Alcañiz (s. XVI), actualmente sede de la bliblioteca y archivo municipal.
Pasamos horas dando vueltas y disfrutando de los detalles. Un lujo!.
San Juan de los Eremitas. Palermo
San Juan de los Eremitas. Palermo.
Al salir nos acercamos a la iglesia de San Juan de los Eremitas (6 €) con sus cúpulas rojas ( siglo XII) que muestran la influencia de la cultura árabe en la isla. El interior no nos parece gran cosa, seguramente es muy interesante para expertos, en cambio el jardín del viejo monasterio se mantiene con todo cuidado y es muy bonito, seguro que en el tórrido verano siciliano muchos visitantes pagarán la entrada sólo para estar un rato a la sombra de los cipreses, limoneros y otras muchas especies de árboles y arbustos.VELETAS EN LA CATEDRAL DE PALERMO
Catedral de Palermo. Sicilia
Horóscopo en la Catedral de Palermo
Horóscopo en la Catedral de Palermo
Regresamos a la catedral y entramos a ver la parte de acceso libre; una vez vista decidimos que nos gusta más el exterior que el interior.
No lejos de allí se encuentran otras joyas de Palermo: los Oratorios de San Domenico y Santa Cita; ambos son obra de Giacomo Serpotta, el más importante escultor barroco de Sicilia.
Los oratorios eran lugares exclusivos en los que se juntaban las clases altas y los nobles para (supuestamente) rezar el rosario, cuando en realidad servían para marcar las distancias y relacionarse entre ellos.
ORATORIO DE SAN DOMENICO
Oratorio de las SS. Rosario en San Domenico. Palermo (Foto: http://www.ilgeniodipalermo.com)
El Oratorio de San Domenico, a primera vista parece sencillo. Se reduce a una amplia sala con asientos de madera alrededor, pero merece la pena detenerse a contemplar las exquisitas obras que contienen las paredes: esculturas de las "Virtudes" de Serpotta, representadas en magnificas y elegantes damas con ropajes que imitan a la perfección el movimiento, rodeadas de querubines y niños regordetes (putti) formando escenas preciosas. Entre las esculturas se ven obras pictóricas de tema religioso de Pietro Novelli (siglo XVIII) y, en el altar de la Virgen del Rosario, una pintura del flamenco Anton Van Dick (siglo XVII).
Como curiosidad, Serpotta incluía como firma en sus obras un lagarto o una serpiente, en referencia a su apellido.
ORATORIO DE SANTA CITA
Oratorio de Santa Citta (Foto: http://panormus.es)
Atlante del Oratorio de Santa Citta
Oratorio de Santa Citta. Palermo
Oratorio del Santissimo Rosario di Santa Cita, se encuentra en la iglesia de la Virgen del Rosario separada por un patio que comunica la iglesio con el oratorio.
Tiene la misma estructura, una sala de oración con la curiosidad de que en la pared opuesta al altar se incluyen escenas de la batalla de Lepanto con la flota cristiana que, bajo la protección de la Virgen del Rosario, gana la batalla contra los turcos.
De nuevo estamos solos visitando estos lugares y podemos disfrutarlos sin prisas. Un verdadero placer!.
Ferro di Cavallo. Comida siciliana
Tanta cultura nos abre el apetito y vamos a comer al “Ferro di Cavallo”, un restaurante popular, con autentica comida siciliana a precios razonables. Probamos la pasta en sus variedades, marinera, de sardina y a la Norma. Todas muy recomendables.
Calle de la Bicicletas. Palermo
Nos perdemos por las calles, pasamos por la de las bicicletas y cuando llegamos a la plaza Pretoria nos metemos en el Palacio Senatorio, actualmente ayuntamiento y damos una vuelta por el patio y el primer piso. En la plaza Bellini nos acercamos hasta la iglesia Martorana pero esta cerrada y nos quedamos con las ganas de ver esta iglesia de estilo normando.Antica Focacceria San Francesco. Palermo
Símbolo de Palermo en el Ayuntamiento
A cenar nos vamos a uno de los figones populares más antiguos de Palermo, la Antica Focacceria San Francesco, enfrente de la iglesia que vimos anoche. Luis se atreve con la especialidad del lugar: el "pane ca'meusa" o bocadillo de tripas de ternera... potente, potente, pero nosotras nos conformamos con unas croquetas y una empanadilla de leche frita.Luis en la Plaza Pretoria. Palermo
Iglesia Martorana. Palermo
Dejamos Palermo para irnos a Trapani, Erice, Marsala, Agigento y Cefalú, para volver a Palermo el 8 de diciembre, día de la Inmaculada, fiesta grande en Sicilia.Gran Hotel et des Palmes. Palermo
En esta ocasión nos alojamos en el Grand Hotel et Des Palmes (72 € con desayuno). Un hotel señorial de amplios salones con chimenea, enormes espejos de marco dorado, muebles riquísimos, cuadros, esculturas del siglo XIX y mil detalles que recuerdan otra época.Nos encanta la historia, o más bien leyenda que Manuel Vicent cuenta sobre el hotel, titulada “Una sentencia de la Mafia”. No te lo pierdas!.
Procesión de la Inmaculada. Palermo
Paso de la Virgen. Palermo
Al poco de salir del hotel, en plena Vía Roma, nos encontramos con una procesión de la Inmaculada que vuelve a la iglesia de San Domenico.La imagen de plata de la Virgen, cubierta de flores blancas, se para ante la iglesia donde le espera la curia al completo y el sindaco (alcalde) con su banda tricolor. Al lado un camión de bomberos tiene la escala extendida hasta la columna central de la plaza, presidida por otra figura de la virgen. Acabados los rezos, dos bomberos suben por la escalera para ofrendar algunas de las muchas flores que han traído los fieles. Cuando acaban, tiran papelitos de colores mientras suena estridente la sirena de los bomberos. Unos niños que contemplan la escena cerca de nosotros le piden al padre ir a coger uno de los papelines, ¿será tradición?.
Nos acercamos a las 6h de la tarde a sacar la entrada para ver una función en el Teatro dei puppi (10 €), marionetas que constiruyen un arte declarado patrimonio inmaterial de la Humanidad por la Unesco. Tenemos la suerte de que apenas hay gente esperando, la obra empieza a las 6h30 de la tarde.
ÓPERA DEI PUPPI O MARIONETAS
Teatro Dei Puppi. Palermo
Es un local muy pequeño y sencillo con bancos de madera, pero muy coqueto. Se representa la obra /romance del Conde Orlando y los Paladines de Francia. Las marionetas son muy bonitas y bastante grandes y están estupendamente manejadas. Lo obra dura una hora que pasa en un vuelo y salimos imitando el acento siciliano que hablan los muñecos. Altamente recomendable ver esta actuación; el "teatro dei puppi" es una verdadera delicia, cuya conservación se debe al esfuerzo de la familia Cuticchio, titiriteros de larga tradición que mantienen abierto el teatro por puro interés cultural.
Al salir de nuevo nos encontramos con otra procesión; en esta ocasión la imagen, que se guarda en la Catedral, es llevada en volandas por unos “costaleros” que mueven el paso con gran esfuerzo.
Nos tomamos un spritz (cóctel italiano de vino espumoso) con una croqueta de brócoli y una tostada de bacalao en un restaurante de niños bien cerca de los Quattro Canti. Nos pasamos hasta el puerto, pero en seguida volvemos al laberinto del barrio antiguo, descubrimos nuevas plazas y muchas más iglesias, hasta que volvemos a San Domenico y podemos orientarnos
Nos vamos con la sensación de que Sicilia se merece mucho más tiempo y más visitas, pero eso el tiempo lo dirá.