Dos enamorados.
Habrías de marcarnos las horascon el beso suave de tus labios,con el suspiro anhelo de la vida,con el corazón y su latido.
Y luego, entre silencios,comernos la boca de nuevouna vez tras otra sin descanso,una vez tras otra y sin olvido.
Habríamos entonces de cocernos los costados,amarrarnos los dedos el uno al otro,amarnos y simplemente amarnos,ser sin dejar de ser los dos fundidos en uno.
Y así, en el silencio más noble y más profundo…abandonarnos a la belleza de nuestros actos,así, ciegos al mundo y sus conflictos,así, como simples jóvenes enamorados.