Revista Cultura y Ocio

Dos formas de entrar con determinación a las Moradas

Por Maria Jose Pérez González @BlogTeresa

Dos formas de entrar con determinación a las Moradas

Por qué la perseverancia y la autorregulación son fundamentales para la oración.

-Claudia Morales Cueto

Una vez que hemos entrado en el castillo de la oración, necesitamos de dos fortalezas de carácter para mantenernos dentro: la perseverancia y la autorregulación. Dios siempre nos espera y nos llama. En estas segundas estancias nosotros debemos desarrollar los hábitos para mantener la relación.

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La determinada determinación

Determinación

En sus libros, santa Teresa habla repetidamente de la virtud de la determinación. Determinarse es tomar una decisión sobre la que no hay marcha atrás. Es un compromiso que requiere de perseverancia y autorregulación. Para avanzar hacia adentro del castillo de la oración, es necesario ser valientes y persistentes; es un ejercicio diario. En el libro de la Vidasanta Teresa compara la oración con regar un huerto, pues se requiere constancia o las plantas se mueren. En el libro del Camino de Perfección, la compara con subir un monte en el que está la fuente de agua viva; hay que hacerlo paso a paso. Me gusta la imagen de la barca, pues es más difícil saltar de ella una vez que se ha adentrado en el mar.

Cuida la relación

Existen muchas personas que nos son simpáticas o nos caen bien, pero la amistad solo prospera cuando nos tratamos con frecuencia, aunque sea en un periodo de nuestra vida. Santa Teresa dice que “Deudo y amistad se pierde con la falta de comunicación” (C26,9). Al comparar la oración con un trato de amistad, nuestra maestra dice que se trata de estar muchas veces a solas con quien sabemos nos ama, es decir, requiere un trato frecuente e íntimo. En esta pandemia, ¿con quienes has cuidado tus relaciones? ¿A quiénes has llamado? ¿Con quién intercambias mensajes una o varias veces al día? ¿Y con Dios? La atención es la primera expresión del amor. Cuando no hacemos tiempo para una relación, no le estamos poniendo atención. Las relaciones valiosas requieren atención, cuidado y compromiso.

Los habitantes de las segundas moradas

  • Son los que ya han comenzado a tener oración.
  • Han entendido que es importante.
  • Pero no se han determinado, decidido.
  • No tienen el hábito ni la costumbre de hacer oración.
  • No dejan lo que los saca del castillo.

Conoce más de las segundas moradas.

Es necesario el esfuerzo diario

Oración amistad

Nuestra mente es por naturaleza dispersa y curiosa, atenta a lo que sucede a nuestro alrededor. Por eso nos cuesta trabajo poner atención en una cosa a la vez. Sin embargo, la escucha atenta requiere de toda la atención en la otra persona. Como la oración es un trato de amistad, requiere de esta atención amorosa. En el libro de las Moradas, santa Teresa lo compara con una batalla. Los enemigos no solo están fuera, pues adentrarnos en nosotros mismos también requiere la valentía de enfrentar nuestros miedos, las emociones incómodas o las partes de nuestra historia que aún no han sido sanadas. Necesitamos ser valientes, perseverantes y autorregulados para mantenernos dentro del castillo de las Moradas, es decir, en la relación con Dios. Desde este punto de vista, no es diferente de otras relaciones, pues una amistad de años o un matrimonio también requiere perseverancia y autorregulación.

Aunque en las Moradas solo dedica un capítulo a esta etapa, lo ha tratado con más amplitud en los capítulos 11-13 del libro de la Vida y en los capítulos 20 y 24 de Camino de Perfección. Al comparar la oración con un camino, santa Teresa dice que:

  • Visualizacemos adónde queremos llegar.
  • Nos mantengamos en la ruta.
  • Nos esforcemos diariamente.

Recuerda que Dios te ha amado primero

Llamamientos

“Tiene en tanto este Señor nuestro que le queramos y procuremos su compañía, que una vez u otra no nos deja de llamar para que nos acerquemos a Él” (2M2).

¿Cómo determinarse?

Dios hace su parte, su amor es incondicional y nos sale frecuentemente al encuentro. Las segundas moradas son las de los “llamamientos” por medio de un buen libro, un amigo, una canción, la naturaleza. Nosotros podemos apoyarnos en nuestras fortalezas de carácter para cuidar nuestra relación con Él. En la segunda morada es especialmente importante que seamos diligentes y perseverantes en la oración. Como en una dieta o en un maratón, no es suficiente con el primer impulso, sino que es necesario un esfuerzo sostenido.

Para mantener el esfuerzo, podemos ayudarnos con la fortaleza de autorregulación, que es la que nos ayuda a moderar nuestros impulsos y a desarrollar buenos hábitos. Quienes no pertenecemos a una congregación religiosa, necesitamos buscar el mejor momento en nuestro día para hacer oración. Es más fácil mantener este momento si lo convierto en un hábito, si le otorgo una hora fija al día para atender amorosamente mi relación con Dios.

Elegir es también renunciar a lo demás, por eso se requiere valentía, perseverancia, autorregulación y amor.

¿Cómo puedo mantener mi atención?

Oración amistad

Te tengo buenas noticias: no eres la única persona que se distrae en la oración. La flexibilidad de la atención permite que cambiemos el foco de nuestra atención una y otra vez. En el libro de la Vida (13,22), santa Teresa nos aconseja mirar que Jesús nos mira. Poner la mirada en algo o alguien es una gran ayuda para enfocar la atención. Si te distraes en la oración, puedes respirar, volver al momento presente y con ayuda de tu autorregulación regresar nuevamente a la mirada de Jesús. Usa tu imaginación para mirar cómo habla o qué hace en algún pasaje del Evangelio. Acompáñalo en el huerto, como hacía santa Teresa, o míralo resucitado: “como quisiereis le hallaréis”. La perseverancia puede ayudarte a vencer el sueño y a aceptar la incomodidad que pueda surgir, pues cuando hacemos silencio exterior pueden surgir muchos ruidos interiores. Con ayuda de la atención plena puedes centrarte en la mirada de Jesús, rezar con suavidad y lentitud una oración y dejar que los ruidos o emociones vengan y vayan, sin distraerte.

Reconocer nuestros límites nos ayuda a crecer y es una escuela de humildad:

“Cuando no viésemos en otra cosa nuestra miseria y el gran daño que nos hace andar derramados, sino en esta batería que se pasa para tornarnos a recoger, bastaba” (2M9).

Tres razones para determinarse

Camino de Perfección

Como buena maestra, la Santa nos anima dándonos tres razones para determinarnos a cultivar la amistad con Dios. Así lo explica en el Camino de Perfección. Su pedagogía, como siempre, es la del amor.

1. Responder a la generosidad de Dios

Aquel rato que le queremos dar, démosle libre el pensamiento y desocupado de otras cosas, y con toda determinación de nunca jamás se le tornar a tomar, por trabajos que nos vengan, ni por contradicciones, ni por sequedades; sino que como cosa no mía tenga aquel tiempo (C23,2).

Ya que Dios te ha regalado la vida, ¿podrías regalarle un momento cada día?

2. Caminar con más seguridad

Si nos determinamos. “el demonio no tiene tanta mano para tentar. Ha gran miedo a ánimas determinadas”. En cambio, si conoce a uno por mudable y que no está firme en el bien y con gran determinación de perseverar, no le dejará a sol ni sombra” (C23,4).

Cuando tomamos una decisión firme y desarrollamos buenos hábitos, es más fácil vencer las tentaciones y mantenernos en el camino.

3. El orante sabe que se juega la vida

Quien se determina, pelea con más ánimo y decisión, pues “ya sabe que venga lo que viniere, no ha de tornar atrás”. Es un combate: “no teme tanto los golpesporque lleva adelante lo que le importa la victoria y que le va la vida en vencer” (C23,5).

Quizá no hemos sido entrenados militarmente, pero podemos verlo con los nuevos hábitos que hemos tenido que desarrollar para enfrentar el covid. El coronavirus puede estar en cualquier parte, no puedo bajar la guardia y necesito protegeme a mí y a mi familia. Aunque sea cansado el confinamiento, fastidioso el lavado de manos o la desinfección de cosas, lo mantenemos porque sabemos que nos ayudará a vencer. Cada vez que nos lavamos las manos estamos siento perseverantes y autorregulados. La oración también requiere de desarrollar hábitos que me permitan cuidar la relación, por medio de la autorregulación y la perseverancia.

Orar es también conocernos

Amistad

Cuando conversamos con un buen amigo, descubrimos cosas de nosotros mismos. No es necesario que él o ella diga algo, sino que al conversar nos damos cuenta de qué cosas nos importan, nos hacemos más conscientes de nuestros sentimientos. En la amistad con Dios esta experiencia es todavía más notoria, pues nos ama y nos acepta incondicionalmente, y la luz de su gracia ilumina nuestra historia de vida.

Pues pensar que hemos de entrar en el cielo y no entrar en nosotrosconociéndonos y considerando nuestra miseria y lo que debemos a Dios y pidiéndole muchas veces misericordiaes desatino” (2M11).

Pistas para el camino

  • Agenda tus clases con Jesús Maestro.
  • Haz una cita diaria para platicar con Jesús Amigo.
  • Escucha sus llamamientos, su Palabra, diariamente.
  • Usa la perseverancia para mantenerte en el camino.
  • Usa la autorregulación de tu atención para regresar cada vez que te distraigas.
  • Acepta las emociones y pensamientos que vienen y van y regresa a Jesús: Mira que te mira.
  • En la grabación de la clase puedes escuchar una oración guiada.

Referencias:

  • Teresa de Jesús. Las Moradas, editadas por el Padre Tomás Álvarez.
  • Morales Cueto, Claudia; Castro Yurrita, Enrique (2013). Entra como puedas. México: Editorial Santa Teresa. Cómpralo aquí.
  • Las ilustraciones de este blog fueron realizadas por Citlalin Arcos @citlalinushka

©Claudia Morales Cueto, 2020.

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