Revista Deportes
Kevin-Prince Boateng brilla en el Milán y la selección de Ghana. Jerome Boateng es un férreo defensor del Bayern Munich y la selección germana. Se llevan un año pero están separados y no se hablan.
Sentado, al compás de la vigüela, Martín Fierro esbozó la frase para la posteridad: “Los hermanos sean unidos, ésa es la ley primera”. Pero ellos no son argentinos ni tienen idea de lo que es este texto fundacional de la literatura nacional. Kevin-Prince Boateng y Jerome Boateng son hermanos pero no se tratan como tales. De hecho no se hablan y su caso es un paradigma de lo que el fútbol, a veces, puede desunir.
La historia del conflicto se remonta a mayo de 2010, cuando por la final de la Copa FA Portsmouth y Chelsea se vieron las caras. Allí, Kevin-Prince tuvo la desafortunada acción de lesionar a Michael Ballack y dejarlo afuera del Mundial de Sudáfrica que estaba en las vísperas. Su amigo y compañero de la selección alemana, Jerome Boateng, salió a criticar a su hermano echando por tierra lo que hasta ese entonces era una relación distante pero cordial.
Este fue el quiebre, pero la separación se dio mucho antes. Ambos son hijos de Prince Boateng, un futbolista que llegó a Alemania en 1981 proveniente de su Ghana natal. El 6 de marzo de 1987 tuvo con Christina a Kevin-Prince. Pero la relación no funcionó y Prince encontró consuelo en Nina con quien tendría otro hijo, Jerome, el 3 de septiembre de 1988.
Los niños crecieron con sus madres y poco tuvieron en común, a excepción de un gusto: el fútbol. Crecieron casi a la par y el ADN del padre futbolista brotó rápido en ellos. Tanto que antes de los 21 años ya eran parte de la selección de Alemania de esa categoría (U-21 como se dice en Europa).
Allí, la conducta errática e indisciplinada de Kevin-Prince le costó su expulsión del combinado teutón. Jerome ensayó una suerte de defensa de su hermano ante las autoridades alemanas pero no hubo respuesta favorable.
El destino futbolístico los llevó por rumbos bien diferentes. Jerome hizo base en Bayern Munich mientras que Kevin-Prince pasó por varias ligas hasta que encontró lugar en la Premier League inglesa. Allí, en Portsmouth (un humilde club portuario) se codeó con los grandes y en 2010 jugó la final con Chelsea. En el Mundial de 2010 Ghana y Alemania se cruzaron por los cuartos de final. Jerome le ganó 1-0 a Kevin-Prince y lo eliminó de la cita mundialista. No se saludaron, no hubo referencias de uno hacia otro. Solamente indiferencia y la anécdota que comparten el apellido pero que de hermanos no tienen nada.
Por Santiago Rivas Murphy para futbolcurioso.blogspot.com