El conde Turbin es un húsar violento y bebedor. Rico y jugador. Difícil de resistir para las mujeres. Impulsivo, generoso, caprichoso, turbulento y pasional. Parada en una fonda, partida, bailes, coqueteo, duelo. A mitad del libro nos encontramos a su hijo veinte años después, en 1848, en el mismo sitio. Inteligente, culto y con buen sentido. “Todo depende de la época en que se vive”.
La narración se lee con agrado, pero me ha sabido a poco, como me ocurrió con Polikuska.