Hoy toca una imagen común, casi vulgar, una de esas señales que los humanos hemos tenido que inventar para poder vivir en sociedad. Otra prueba más de la inteligencia de nuestra especie: a grandes males, grandes remedios.
En todo caso, aunque vulgares, estas imágenes poseen para mí cierto atractivo, en parte por los colores, en parte por el ángulo de toma, pero sobre todo precisamente por lo vulgar de la imagen en sí. Uno nunca ve un semáforo de esa forma, tan aislado de su entorno, tan solitario y protagonista. Por lo general, la fotografía tiene la capacidad de extraer un pedacito del mundo y presentarlo aislado, de forma que nos hace fijarnos en cosas que de otra forma nos pasarían desapercibidas.
Esa “apertura de ojos” es uno de los componentes esenciales del arte. Queriendo o sin querer, el arte es capaz de abrir los ojos de la gente y, por lo tanto, de hacer que piensen de forma más pausada y reflexiva, más abierta, más libre, más sencilla pero a la vez más compleja y elaborada. Y sobre todo es capaz de hacer que dude y se haga preguntas. De ahí su importancia en nuestra sociedad y en nuestro enriquecimiento como individuos. De ahí la catástrofe que suponen los gobiernos de derechas con sus recortes e impuestos principalmente en el ámbito artístico. No nos extrañe, pues de todos es sabido que la derecha detesta que la gente aprenda a pensar y se cuestione las cosas, que se haga preguntas y busque respuestas. Para ellos el arte es y debe ser una manifestación minoritaria y elitista a la que no tengan acceso las clases menos pudientes de la sociedad. Cualquier cosa para mantener el status y el poder. Cualquier cosa para conservar la herencia recibida. La derecha siempre ha considerado al artista como una especie de bufón que sabe hacer cosas entretenidas para goce y disfrute del que pueda pagarlas, es decir, ellos. Lo ven como algo frívolo y divertido, algo con lo que amenizar una cena o festejar una ceremonia, sin ninguna profundidad y, en la mayoría de los casos, sin ningún mérito.
Uff ¿en qué momento empecé a derivar con la política? No es la intención de este blog entrar en cuestiones tan espinosas, pero de vez en cuando no lo puedo evitar. Es curioso que un par de imágenes tan sosas me hayan hecho reflexionar sobre temas tan complejos. Llamativo.
No sé. Tal vez en el fondo no sean fotos tan sosas. Después de todo, es en el poder evocador donde reside la verdadera fuerza de una imagen y no en sus componentes estéticos, así que una fotografía que a primera vista parezca pobre y sin sustancia (como estas dos de hoy), puede presentar una segunda lectura cargada de argumentos y de poesía. Todo es cuestión de leer entre líneas, de pensar un poco y ser capaz de llegar a alguna conclusión, de saber relacionar unas cosas con otras y ponerlas sobre la mesa, de dejarse llevar y aprender a ver un poco de magia donde parece que no la hay.
Precisamente, todo es cuestión de dudar y de hacerse preguntas.