Dos libros en la cabecera de mi cama: Uno imprescindible, otro previsible.
Imprescindible "China en África" de Serge Michel y Michel Beuret, dos periodistas franceses que en 2006 y durante un año recorrieron 15 países africanos para contar la influencia del gigante asiático en el continente. Empiezan su periplo en China en noviembre de 2006 en Pekín en la cumbre China-África que reunió a 48 de los 53 países africanos. A partir de ahí, se van desgranando diversas historias y difundiendo datos sobre la presencia China en África.
Es un planteamiento objetivo, señalando las inversiones a fondo perdido, las construcciones faraónicas, los compromisos cumplidos pero también la manipulación histórica, el desastre ecológico que suponen esas inversiones y por supuesto la ignorancia al respeto de los derechos humanos. Meles Zenawi, Robert Mugabe, Omar al-Bashir se sienten más legitimados que nunca al saber que China hace sus planes sin tener en cuenta sus atrocidades.... sin tener en cuenta las atrocidades que sufren sus propios ciudadanos.
Considerados villanos y héroes a la vez África se debate entre aceptar a la nueva colonia o considerarla una aliada que la saque definitivamente del pozo. Por otro lado todos esos países legitiman a su vez a China que ignora a los 4 estados que han reconocido la soberanía de Taiwan. (Swazilandia, Santo Tome y Príncipe, Gambia y Burkina), Me quedo con la frase del presidente de Nigeria: "Nos gustaría que China dirigiera el mundo y cuando esto suceda queremos estar justo detrás de vosotros. Cuando vayáis a la luna no queremos quedar rezagados; queremos ir con vosotros"
El segundo libro es previsible y prescindible pero interesante si se quiere profundizar en la vida de Ryszard Kapuscinsky. "Kapuscinksy Non fiction" de Artur Domoslasky. El título es toda una declaración de intenciones afirmando que lo escrito en él no es ficción (como si lo que escribió Ryszard si lo fuese).
El libro se mete de lleno en la vida del periodista polaco pero desde una perspectiva un poco tramposa: en vez de explicar su vida se dedica a comparar la realidad con los textos del propio escritor. El ejercicio es interesante pero aporta poco a los que leemos a Kapu.
El propio Kapuscinsky reconocía ante sus amigos que a veces se tomaba ciertas licencias pero eso no quita a que sus escritos fueran vibrantes, cercanos e intensos. Si no estuvo al borde de la muerte en algunas ocasiones o si su infancia no fue tan terrible como él la cuenta, para mi no quita valor a su escritura. Aparece el marido, amante, hermano, camarada comunista, arrepentido, padre y hasta el abuelo.
Tiene valor como texto biográfico pero no aporta nada nuevo a su obra. Si Kapuscinsky era bueno o malo, poco importa a su legión de seguidores. En cualquier caso aquí siempre hay sitio para las opiniones divergentes.