
Pero, ¿cuantas veces los mundos que visitamos al pasar las hojas de un libro se desdibujan con la realidad en que vivimos?
Nunca, o casi nunca respondería yo, pero de eso ya no estoy tan segura.

Pero, ¿Qué detono todo esto? La luna, si, la luna.
O si especificamos un fenómeno astronómico llamado “Luna azul” que sucedió el 30 de agosto de este año, y el cual pude haberme perdido de no ser porque lo vi en las noticias.
Así que esa noche, cuando estaba a punto de acostarme a dormir, recordé la luna, y me dispuse a verla, pero cuando iba a apartar las cortinas de la ventana, un súbito temor se apodero de mí.

Y si lo que veo son dos lunas y no una, me dije, pero la racionalidad que siempre nos asalta apareció diciéndome que eso era imposible, entonces, tragandome mi temor aparte las cortinas y pude ver esa hermosa luna azul brillante.
Sin embargo el miedo de que otra luna apareciera no dejo de acompañarme en ningún momento.
Quizás piensen, ¿De qué habla esta mujer? ¿Acaso se ha vuelto loca?
Pues no aún no he enloquecido, es solo que justo ese día termine de leer “1Q84” de Haruki Murakami, y quien lo ha leído puede entenderme plenamente.


Los libros de una u otra forma transforman tu mundo y tu mente de tantas formas que solo puedo decir, agradezco este gran invento del hombre, del que me confieso adicta sin remedio.
Y por ahora me despido, no sin temor de pensar que la próxima vez que escriba de nuevo tal vez siga en medio de esta duda sobre donde estoy, y eso es porque estoy a punto de iniciar el libro 3 de 1Q84, y solo espero que esta vez, solo esta vez, cuando termine de leerlo, pueda volver a escapar de ese mundo, sino, ya les preguntare cuantas lunas ven en el cielo.
Hasta pronto... o eso espero.