San Ceolfrid de Wearmouth, abad. 25 de septiembre y 8 de octubre (traslación de las reliquias).
Ceolfrid (latinizado Geofredus) Nació en Northumbria, sobre 647. En 674 fue el gran amigo y colaborador de San Benito Biscop (12 de enero) en la fundación de la abadía de Wearmouth. Con Benito se fue a Roma, a venerar las santas reliquias de los apóstoles y entrevistarse con el papa San Agatón (10 de enero y 20 de febrero, Iglesias Orientales), el cual les concedió privilegios litúrgicos y acerca de la Regla, así como la bendición para la implantación de la liturgia y modos romanos en la vida monástica británica.
En 681 sucedió a Benito como abad de Wearmouth y desplegó sus dotes de hombre culto y formado para embellecer y ampliar la iglesia abacial, la biblioteca. Obtuvo generosas donaciones de tierras y bosques por parte del rey Altfrid. Fundó el monasterio de Yarrow, del que fungió además como abad, siéndolo de ambos monasterios, con gran acierto, y siempre muy preocupado por la formación espiritual y científica de sus monjes. En 688 mandó una legación de monjes a Roma para que el papa San Sergio I (8 de septiembre), confirmase y aumentase los privilegios y exenciones del monasterio. En Wearmouth fundó una escuela monástica para formar jóvenes, que tuvo gran fama de sabiduría y virtud, a decir de San Beda (25 de mayo). En 701 el recién elegido papa Juan VI le envió unos legados pontificios para pedir consejo acerca del gobierno de la Iglesia y sus tumultuosas relaciones con el Imperio bizantino. En 710 acudió en ayuda del rey de los pictos, Naitan, que quería implantar la liturgia romana y algunos cambios importantes en su país. Esto provocó ciertos conflictos con las iglesias locales a cambio del cálculo de la Pascua, pues el cómputo celta difería del romano, así como la tonsura monástica que combinaba el rapado con el cabello largo tras los hombros.
En 716 Ceolfrid sintió que estaba en su última enfermedad y, cosa rara en la vida monástica, deseó morir en Roma. Aunque los monjes intentaron disuadirle, temiendo que muriese en el camino, Ceolfrid lo dispuso todo. Arengó a sus monjes en la iglesia, instándoles a permanecer fieles a la Regla, obedientes, caritativos y castos, y al día siguiente, 4 de junio de 716 partió. Los monjes le acompañaron procesionalmente hasta la orilla del río Tyne, donde embarcó hacia el continente luego de bendecir a todos los presentes. Cruzó el río y aún tuvo tiempo de confirmar la elección de su sucesor que los monjes habían hecho, siendo el monje Hwetbert el elegido. Como los monjes habían temido, la salud precaria de Ceolfrid no le permitió llegar a Roma, y llegando a la ciudad francesa de Langrés, desfalleció. La comitiva se detuvo, estuvieron unos días y al cabo, el 25 de septiembre de 716, el santo abad subió al cielo, teniendo 74 años de edad y 35 de abad.
Fue enterrado temporalmente en el monasterio de los Santos Gemelos Mártires (Eleusipo, Espeusipo y Meleusipo, 17 de enero). Al año las reliquias se trasladaron a Wearmouth y en el siglo IX, por temor a los bárbaros daneses fueron depositados junto a los de Santa Hilda (17 de noviembre) en Glastonbury.
Fuente:
-"Biographia Britannica Literaria". Volumen I. R.P THOMAS WRIGTH. Londres, 1842.
A 25 de septiembre además se celebra a San Gerulf de Drongen, mártir