Revista Decoración
Hace unas semanas recibí un email de Igone, una lectora de Etxekodeco, en el que me ofrecía un cuadro para el que no encontraba ubicación en su casa y del que le costaba desprenderse. Se lo había ofrecido a conocidos, vecinos y familiares, pero nadie parecía estar dispuesto a hacerle hueco en su vivienda. Se trata de una preciosa escena de caza, de grandes dimensiones (unos dos metros de ancho por uno de alto), con un magnífico marco dorado, en perfectas condiciones de conservación.
Ni corto ni perezoso le dije que sí, que yo lo "adoptaba", así que el sábado pasado me fui hasta Arrona, un idílico barrio de la localidad de Cestona, a unos kilómetros de San Sebastián a por el cuadro. Cuál fue la sorpresa cuando allí me esperaba otro cuadro más, este más pequeño, una delicada "escena de amor cortesano" (así lo ha denominado mi amiga María, del blog "Tránsito Inicial", y a mí me encanta la definición), también con un marco estupendo.
Evidentemente me fui con los dos, ¡más un espejo! y porque no me cabían más cosas en el coche, que si no me vengo con más. El dilema ahora es qué hacer con ellos, si mantenerlos así o darles otros usos. Y quiero consultarlo con todos vosotros.
La primera de las opciones es quitarles los lienzos y mantener los marcos vacíos ya que son chulísimos y tienen valor decorativo por sí mismos. ¡Me encantan las composiciones de marcos vacíos!
La segunda de las opciones es ponerles espejos con la idea de situar el más grande sobre el suelo y apoyado en la pared. Me gusta mucho esta manera de disponer los espejos de grandes proporciones, como en las imágenes.
Otra opción, que en realidad fue idea de la propia Igone, es pintarlos (por lo menos uno de ellos, el más pequeño) con pintura de pizarra para utilizarlo como tablero de avisos, en la cocina por ejemplo. La idea también es original, ¿verdad?
Y, por fin, la última de las opciones sería utilizar también uno de ellos (de nuevo el más pequeño) como tablero de inspiración, encima de la mesa del escritorio. Me gusta mucho la idea de esta imagen siguiente, con la "tela de gallinero".
Y ahora vosotros: ¿qué haríais? La verdad es que me da mucha pena no dejarlos como están pero creo que van a encontrar una ubicación más certera con alguna de las opciones anteriores. ¡Ya me diréis!
Evidentemente, os mostraré el destino final en un post futuro a ver qué os parece, y sobre todo, a ver qué le parece a Igone. Por cierto, este post está dedicado completamente a ella, gran lectora de blogs de decoración (nos conocía a casi todos), una persona amabilísima y una perfecta anfitriona (¡ese txakoli estaba riquísimo, Igone!)
Las dos primeras imágenes, en mi página de Instagram y las otras en mis paneles de inspiración en Pinterest.