Revista Cultura y Ocio

Dos recomendaciones para leer en verano: Antonio Orejudo y Jon Bilbao

Publicado el 20 julio 2011 por Poli @FIPoli27

2 recomendaciones para el verano 2:  Antonio Orejudo (Un momento de descanso) y Jon Bilbao (Padres, hijos y primates).

Antonio Orejudo


Hay que leer a Orejudo (Madrid, 1963). Si uno quiere leer una buena novela, si a uno le interesa conocer el estado de situación de la narrativa en España, tiene que leer Un momento de descanso.
Había leído hace unos años Fabulosas narraciones por historia (Madrid, 1996, Tusquets Editores), que cuenta en clave paródica las andanzas de tres amigos en la famosa Residencia de Estudiantes de Madrid en los años `20, y me resultó. No puedo dejar de pensar que Manual de literatura para caníbales de Rafael Reig es prima hermana de Fabulosas.
En su última novela, Orejudo lo hace bien. Creo que viene de esa tradición española de Benito Pérez Galdós, de Valera, mezclado con corrientes de este siglo de Estados Unidos y Latinoamérica. La tradición realista del siglo XIX está claramente en Fabulosas con un toque pulp, una especie de "Don Benito" (Pérez Galdós) chabacano. Pero sea el Gran Benito Pérez o sean los estadounidenses, que también tiene algo de la novela norteamericana, no se pierdan esta historia que ancla en la Transición pero llega a nuestro días para contarnos sobre la universidad española y los destinos de dos compañeros de claustro en los '80.  Se la puede leer como una novela de denuncia y "el momento de descanso" que plantea Arturo Cifuentes es el dilema moral. 
"¿A quién no le gusta sentir que la realidad -fíjate tú, la realidad nada menos- choca contra el muro de tu integridad? ¿A quién no le gusta eso, eh, Antonio? Bueno, pues se acabó. Por primera vez en mi vida he renunciado a ser íntegro. Pero, ojo, no me malinterpretes: soy muy consciente de que renunciar a ser íntegro es un paso más en el ascético viaje hacia la perfección. ¿Por qué tengo que renunciar yo a la felicidad de los simples? Estoy harto de crearme problemas sólo para poder solucionarlos. Quiero una felicidad más elemental. ¿Quién soy yo para rechazar la mediocridad? ¿Por qué he de mantenerme firme como un faro de honradez en este mar de vileza? Reclamo mi derecho a relajarme, a descansar, a no esperar nada de mi".

2 recomendaciones para el verano 2:  Antonio Orejudo (Un momento de descanso) y Jon Bilbao (Padres, hijos y primates).
 

Orejudo es aire fresco en la literatura española porque no va de sobrado pero sí arriesga y gana.

2 recomendaciones para el verano 2:  Antonio Orejudo (Un momento de descanso) y Jon Bilbao (Padres, hijos y primates).

Jon Bilbao


La novela de Jon Bilbao (Asturias, 1972), que acaba de editar la excelente Editorial Salto de Página,  es, en cambio, una rara avis en el panorama de la narrativa española actual por no tener nada que ver con la tradición española. Padres, hijos y primates parece una novela escrita por un estadounidense. Creo no equivocarme si afirmo que, de no saber la nacionalidad del autor, es imposible acertar con su origen pues no hay ningún elemento, ni en su lenguaje, que nos delate que se trata de un ibérico. 

Muy prolija narración, muy ajustada a su propósito, muy eficaz. En estos días, alguien criticó su falta de audacia, el ser muy ajustado, una crítica que, en Buenos Aires, había escuchado a la literatura de Martín Kohan; que no comparto. Bilbao trabaja, en esta novela, la tensión de modo magistral. Me recordó mucho el cuento largo Un hombre bueno es difícil de encontrar de Flannery O´Connor (Georgia, USA, 1925-64). En realidad, la novela de Bilbao podría haber sido trabajada como cuento largo, pero funciona a la perfección como novela. Quiero decir que hay novelas que no pueden ser cuentos como Madame Bovary, porque va de contarte la vida de esa señora; en cambio, otras como esta que van sobre un acontecimiento pueden pensarse como cuento. El maestro Piglia dice algo muy certero: "Quizás los cuentos están más conectados con las anécdotas y las novelas con los personajes". La vinculación con el relato de Flannery O´Connors viene porque el núcleo narrativo se juega en la resolución de la tensión del final, del encuentro del protagonista con otras tres personas. Y no digo más, para no cargarme la novela. 

La compré en la Feria del Libro de Madrid, que me había acercado al stand de Salto de Página en busca de una novela de Pinedo, Plop, y vi que Jon estaba firmado ejemplares. Había escuchado hablar de él pero no tenía leído nada. Así le dije y le pregunté si Padres... era una novela negra. Me dijo que esa era la idea con la que la había trabajado, desde ese acercamiento. Por cierto, que la otra reminiscencia que me trajo ese final es al origen de todo ese género, al gran cuento de Hemingway, Los asesinos. Estábamos en la Feria del Libro de Madrid, conversando con Jon, pues la compré y le pedí que me la dedique. Me puso "Para Federico con afecto, este libro salvaje". Y, ciertamente, que lo es.


2 recomendaciones para el verano 2:  Antonio Orejudo (Un momento de descanso) y Jon Bilbao (Padres, hijos y primates).

Blog del autor del libro de cuentos "Historias fugaces de hombres y mujeres".


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