Revista Cultura y Ocio

Dos versiones y un final.

Por Santos1
San Cadoc de Llancarfan, abad, obispo y mártir. 24 de enero y 21 de septiembre. 

Dos versiones y un final.

San Cadoc.
Iglesia de S. Cornelio, Carnac.

Dos tradiciones tenemos sobre él, mezcladas entre sí y a su vez con diferencias. 
Tradición galesa:
Dice que Cadoc nació en Cornwall y era hijo del rey Gwynllyw y Santa Gladys (29 de marzo), hija de San Brychan (6 de abril). Antes de su nacimiento, un ángel apareció a los esposos y les anunció como debía llamarse el niño, que sería un gran favorecido por Dios. Fue educado por el primo de su padre, San Petroc (4 de junio) y por monjes irlandeses. En 518 fundó el monasterio de Llancarfan, Gales. Esta versión le hace misionero en Bretaña, donde vivió como eremita en Morbihan.
En el monasterio de Lismore estudió las Escrituras y todas las ciencias del momento, luego regresó a Llancarfan, aunque retirado en una ermita. Todos los años visitaba el monasterio para celebrar la Pascua. En sus correrías apostólicas llegó hasta Tierra Santa, donde predicó en varios lugares. En el río Jordán llenó una vasija con agua que luego vaciaría en una fuente junto a la capilla de Padstow. Desde entonces esta fuente fue sitio de curaciones y numerosas milagros se obraron allí, según la leyenda.
Terminó el santo sus días nada menos que como mártir en Benevento, Italia. La cosa fue así: habiendo en dicha ciudad un célebre monasterio cuyo abad había muerto, un ángel llevó hasta allí a nuestro santo volando por los aires, ya que los monjes no se ponían de acuerdo a quien elegir como abad. Al ver el portento, los monjes le eligieron como prelado. La diferencia de idioma no fue un problema, pues Dios le dio don de lenguas a Cadoc, que entendía y se hacía entender perfectamente. Y como dije antes, habría muerto martirizado ante el altar por manos de un tirano local. 

Tradición bretona:
Esta le hace igualmente oriundo de Gales, y cuando heredó el gobierno de manos de su padre, lo abandonó en manos de sus tíos para hacer vida eremítica en Llancarvan. Cuéntase que resucitó a un campesino que había sido asesinado. Otro milagro dice que, yendo a pedir carbón a unos campesinos, estos se burlaron de él diciéndole que solo tenían el que estaba encendido, y que podía tomarlo si le placía. Entonces el santo, encomendándose a Dios, tomó el carbón en sus manos, lo puso en su hábito, y sin quemarse se fue a su ermita dejando burlados a los burlones.

Dos versiones y un final.

Puente de San Cadoc.

En 518 fundó su monasterio, y junto a este una escuela y un hospital para los enfermos. Al cabo de un tiempo, decidió entonces retirarse más aún a la soledad y se trasladó a Bretaña. En la desembocadura del Etel fundaría un pequeño recinto monástico que luego llevaría su nombre. Una leyenda dice que construyó el primer puente de piedra en Bretaña. La tradición popular cuenta que lo construyó en solo una noche con ayuda del diablo. Este le habría ayudado a cambio de la primera alma que cruzara el puente al estar terminado. Entonces Cadoc cazó un gato y apenas el diablo terminó su faena, lo soltó en el puente, teniendo Satanás que conformarse con el animal. El puente aún existe y junto a él hay una capilla que recuerda esta leyenda. En esta capilla hay un bloque de piedra sobre el cual la leyenda dice que el santo dormía y sobre la cual los sordos ponen sus cabezas esperando hallar la curación.
En esta adaptación igualmente visita Tierra Santa, y además Roma, donde vivió siete años siendo colaborador de los papas. Cuando regresaba a Bretaña pasó por Benevento, ciudad que había quedado sin obispo. La apariencia de nuestro santo era tan digna, que el clero y el pueblo le eligieron por obispo. Sufrió el martirio a manos de una banda de forajidos, mientras celebraba la Santa Misa.
Fuente:
-"Les vies des saints de Bretagne". GUY-ALEXIS LOBINEAU. OSB. Rennes, 1874.
A 24 de enero además se celebra a
San Babilás, obispo y mártir.
Nuestra Señora de la Paz.

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