La Agencia Española de Medicamentos ha vuelto a alertar sobre el ibuprofeno. Dosis altas del famoso fármaco analgésico pueden provocar daños en el corazón y aparato circulatorio. Dosis altas serían cuatro pastillas diarias del ibuprofeno que tenéis en casa. Os cuento.
Hace unas cuantas semanas acudí a Urgencias del hospital más cercano tras sufrir un accidente con la bicicleta. Me atendieron muy bien, tanto que salí con una receta de variados medicamentos “por si te duele”: diclofenaco y un “protector gástrico”, omeprazol y si era necesario metamizol. Le comenté a la doctora que prefería algo de ibuprofeno y sólo si era necesario pues este fármaco lo he tomado otras veces y con muy poquito surtió efecto. Me dijo que sí.
En posteriores revisiones, la médico de cabecera me ha preguntado que si tomaba algún analgésico.
Creo que ya le he comentado que no soy muy amigo de tomar medicamentos, así que me dijo “tómate un ibuprofeno por las noches y así descansas mejor”.
Ahora la Agencia, basándose en una exhaustiva revisión de la Agencia Europea de Medicamentos confirma lo que ya en 2012 difundieron, que si te pasas con la dosis y en el tiempo el ibuprofeno puede traerte graves complicaciones cardiacas.
¿Qué cantidades son las “buenas” y las “malas”?:
Los datos procedentes de ensayos clínicos, estudios observacionales y metaanálisis confirman que la administración de dosis altas de ibuprofeno (iguales o mayores a 2.400 mg/día) se asocian con un mayor riesgo de trombosis arterial. La información disponible no sugiere que dosis de ibuprofeno de hasta 1.200 mg/día, que son las generalmente utilizadas en su uso como analgésico/antiinflamatorio ocasional o antitérmico, se asocien a un incremento de riesgo cardiovascular“, advierte la AEMPS.
1.200 mg son tres pastillas de 400 mg al día. Por lo general, la gente tiene cajas de 600 mg y suele tomar cuando tiene dolores serios tres pastillas al día, es decir 1.800 mg, aunque no por tomar 600 en vez de 400 es mejor, todo lo contrario. El asunto de la dosificación es importante. En ese enlace se comenta que tres de cada diez personas reciben dosis superiores a las recomendadas.
Otra cosa es el tiempo de duración del tratamiento y aquí las agencias no aclaran. Se quedan en una explicación de sentido común:
Al igual que con todos los antiinflamatorios no esteroideos [grupo al que pertenecen este y otros analgésicos conocidos, como el paracetamol], se debe utilizar la dosis más baja posible durante el menor tiempo posible que permita controlar los síntomas de acuerdo con el objetivo terapéutico establecido”.
Claro, eso ha de suceder con todos los medicamentos; hay que racionalizar al máximo su uso.
El ibuprofeno es el medicamento analgésico más usado en España. Más que el paracetamol.
Éste está en entredicho por sus daños, cada vez más documentados, como publicamos ayer refiriéndonos también a que se cuestiona su eficacia: El paracetamol es ineficaz en la reducción del dolor según un amplio estudio.
Llama la atención que aunque de buena fe los médicos, las doctoras que me han atendido estos días, recetan ibuprofeno a ojo, sin receta, de manera verbal, porque sin duda tienen una confianza extrema en este tipo de fármacos que llevan mucho tiempo en el mercado y en el caso de ibuprofeno son eficaces.
Pero atendamos a lo que nos dice la farmacovigilancia: un mito como paracetamol se tambalea por su baja eficacia y daños cada vez más probados y otro si cabe más grande como ibuprofeno nos están demostrando que hay que tenerle más “respeto”.
Procuraré no caerme más de la bici (en realidad me tiró una automovilista despistada, de las que abren la puerta sin mirar, no llegué a pisar campo ese día, donde tantas veces he caído sin consecuencias).