Infinidad de historias se han escrito sobre vampiros y ninguna ha calado tan hondo como esta. ¿Por qué? Pues por la magistral manera de recoger todas las ideas en esta fatídica crónica que ideó Bram Stoker. Impresionante sin más. Un libro escrito cuidadosamente y creado para el deleite. Narra muchos de los tópicos ya conocidos sobre el mundo de los no-muertos y aún tratando un tema más que trillado, consigue engancharte y llevarte a su mundo como si nada quedara a tu alrededor definiendo un personaje sin parangón, que pasó a ser el motor de todas las futuras novelas y películas vampíricas.
La historia está contada de tal manera que la hace hasta creíble. No hay amoríos absurdos malamente llevados entre vampiros y humanos simplemente porque la descripción del Conde es tan fría y calculada que no cabe sentimiento alguno en su gélido corazón. Pero sin tristezas, sin altanerías, sin descripciones exageradas, todo en su justa medida. De tal forma que resulta verdaderamente creíble la posibilidad de que pasara una historia como la aquí narrada, obviando claro está, la parte de la existencia de los vampiros. No hay malos malísimos, ni buenos buenísimos, todos los personajes tienen su carácter y su forma de ser y cada uno diferente. No sabría decantarme por un personaje porque me gustó la fuerza de casi todos. La serenidad y suspicacia de Johnatan Harper, el excepticismo y fuerza de Mina, su prometida, la inocencia y candidez de la bella Lucy, la fuerza de la pasión en sus tres pretendientes, la perplejidad e impotencia del doctor Van Helsing y por supuesto el personaje por excelencia, el Conde Drácula, cuya forma de ser: astuto, sombrío, misterioso, calculador... lleva la novela a una encrucijada de luchas por al supervivencia, intentando arrastrar en el proceso su lóbrega existencia.
Recuerdo perfectamente que me encantó el libro y quedé entusiasmada con haberme animado a leerlo. Me gustó muchísimo como estaba redactado y lo cuidadosamente definido que estaba todo. De hecho esto dio pie a una época en la que hice un hueco especial a algún que otro clásico más entre mis lecturas. Nunca he estado a favor de aquellos que solo defienden los clásicos, ni de aquellos que solo defienden las obras nuevas. Pienso que en uno y otro grupo se encuentran libros que francamente no cuadran con mis gustos y otros que termino idolatrando. Así pues, para aquellos que como a mi a veces os cuesta poneros a leer una obra antigua, que sepáis que es bueno ampliar los horizontes e introducir tanto unos como otros entre el tipo de libros que lees. Creédme cuando digo que en muchas ocasiones, te llevas agradables sorpresas cuando lo haces...
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