Cada vez se hace más difícil hacerse un lugar entre tantas versiones del Drácula. Algunos eligen adaptar la obra de Bram Stoker y otros, como en este caso, elaboran una versión alternativa basada en los detalles de la historia que la mayoría conocemos. El inconveniente radica en que ya existen películas que han marcado la historia del cine, así que más vale que tengas algo nuevo que ofrecer porque de lo contrario te espera el desprecio de la crítica; que es precisamente lo que ocurrió en este caso.
‘Drácula Untold’ es un filme que pasará al olvido como un intento más, no tanto porque sea detestable (créenme que existen peores), si no por su falta de ambición. Su contribución se limita a ser un producto hollywoodense con escenarios y efectos digitales que sirven para entretener, pero que al final resultan ser humo.
Su libreto se basa en el conflicto que tiene el príncipe Vlad (Luke Evans ) con los turcos invasores, además de la amenaza de llevarse a su hijo para que sirva en el ejercito enemigo. Por supuesto que esto da pie al drama, lágrimas, sollozos, abrazos, miradas de preocupación; bueno todo eso que nos hace preocupar por nuestros protagonistas. Suficiente decir que el príncipe se opone, busca la ayuda de los poderes oscuros en un ermitaño que vive en una cueva y es cuando la diversión comienza.
Sin sorpresas es como la película desarrolla la supuesta historia jamás contada que busca humanizar a Drácula como el padre de familia, protector y víctima de un destino trágico. Digamos que una versión para niños y muy alejada del erotismo o fogosidades que este personaje sobrenatural provocaba. De cierta forma eso no es malo, cada quien es libre de crear versiones alternas, es solo que cae en el aspecto repetitivo de persecuciones, escenas de acción, gran efecto visual y así hasta que cubra la cuota de los 90 minutos.
Digamos que este Drácula es víctima de las películas del momento que se basan en los efectos visuales para ser únicas porque hace años eso no era posible y por lo tanto no tienen alma. Casi como un vampiro. Además que todo el supuesto drama de la pérdida de humanidad por parte del príncipe no logra ser tan convincente. Casi como un vampiro.
De todas formas reconozco el esfuerzo del actor Luke Evans por hacer de esta película algo ameno para cualquier tarde en donde el entretenimiento es el objetivo. No cualquiera puede caminar amenazante con una pantalla verde en donde después insertan rayos y truenos. Tampoco es para premios, digamos que su contribución es adecuada para las ambiciones de esta producción.
La película al final cae en lo fácil al proporcionarnos un desenlace lleno de acción en donde el nuevo súper poderoso Drácula tiene el control del clima, pero vulnerable a la plata; puede convertir a sus súbditos, pero una cruz los detiene; puede tele transportase con vampiros, pero cuando le conviene. Y así podré hacer una lista considerable. Lo ridículo sucede en la última escena con un personaje que amenaza el inicio del juego, como si se tratase de Jigsaw. Ojala fuera tan interesante para hacer tales promesas.
El novato director Gary Shore intenta crear drama al inicio, para luego perderse en sin sabores de las batallas en donde no conoces a las víctimas. Si bien, esto llena las dosis de adrenalina que busca la audiencia, nunca llega a ser algo que puedas recordar al salir del cine.
Con muy poco que ofrecer y demasiado que reciclar, este pobre Drácula puede que llene algunos apetitos, más no logra contribuir en mucho. Si esta es la historia jamás contada es porque no tiene mucho de interesante.