Revista Cine
Director: S. Craig Zahler
Y llegó el momento...
"Dragged Across Concrete", tercera película de S. Craig Zahler, quien, como ya he dicho, está preparando su cuarto largometraje, una fábula gótica en blanco y negro de tres horas basada en una novela suya, y una miniserie western, también basada en uno de sus libros. Tenemos Zahler para rato.
"Dragged Across Concrete" dura dos horas y media, y sin embargo, de su genial y magistral narrativa, destaca sobre todo su capacidad de síntesis, o dicho de otra forma, lo certero del relato y del entramado argumental, o dicho de otro modo, su precisión y concisión para narrar la historia tal como debe ser narrada, se extienda lo que deba extenderse, razón por la cual es imposible desprenderse del extraño magnetismo que emana una película, como no podía ser de otra manera tratándose de su director, inclasificable y única en su tipo. No es una película muy amplia pero tampoco se puede simplificar en un par de frases o etiquetas, lo cierto es que el loco Mel y Vince Vaughn son dos policías que arrestan a dos personas, que resultan ser mexicanos (probablemente ilegales), que vendían drogas en los colegios, sin embargo un ciudadano preocupado grabó con su celular parte del procedimiento, fragmento que no deja muy bien parado a los detectives y que les cuesta una suspensión de seis semanas, sin sueldo para más remate. "Ser llamado racista en estos días es como ser acusado de comunista durante los 50" (por cierto, a Zahler ya lo han llamado "supremacista blanco", ejem). Como los policías necesitan dinero para vivir, sobre todo el loco Mel, este último, con mayor experiencia en el cuerpo, planea, ya como civil y en sus ratos libres, robarle a un traficante de drogas que, dada acaso su naturaleza poco social, no se deja ver mucho por ahí y no gusta precisamente de conocer nuevas personas. Y bueno, llevando a cabo el asunto, se da cuenta que en realidad se ha metido en algo bastante feo y retorcido aunque ya no hay vuelta atrás y, qué demonios, el plan siempre fue liarse a pencazos con los ñatos esos así que no nos vamos a quejar a estas alturas del partido.
Yo todavía no sé muy bien cómo hablar de lo magnífica y genial que es "Dragged Across Concrete". Me ha encantado y maravillado su narración, sus dos horas y media que se pasan volando en un suspiro y que son un puro placer estético, y que te pone nervioso con su intrigante misterio criminal (la incógnita es: ¿qué demonios sucederá ahora?) cocido a fuego lento y pulso firme, férreo, sin premuras ni altibajos, pero siempre interesante y hasta jocoso, quizás por esos diálogos cargados de mala leche e incluso composición literaria; por su atmósfera entre sombría, como de cine negro, y desencantada o despojada de estilo, como si el plan del loco Mel fuera lo mismo que ir a comprar pan; por el negrísimo sentido del humor o por el desparpajo con que desarrolla ciertos códigos o elementos esenciales de un género que, de todas formas, Zahler deconstruye y reconstruye a su gusto. "No pasa mucho"; la violencia no es tan recargada ni intensa ni gore como en sus títulos anteriores, de hecho está suministrada en pequeñas pero bien calculadas y ejecutadas dosis; no es una película de acción ciertamente ni tampoco un policial ni menos un thriller en su sentido más asimilado, más bien tiene mucho de serie B y su propuesta se aboca más a los personajes, sin por ello inclinarse a lo fatalista, al cinismo o a una negra visión de la vida: el retrato de estos es desde lo cotidiano, incluso lo anodino. Quizás "Dragged Across Concrete" sea, en esencia, un pulp puro y duro: áspero, formalmente depurado, de un sarcasmo glacial, violento en una manera más abstracta. La historia de un puñado de personajes metidos en cosas malas, cosas que los llevan más allá del punto de no retorno, y eso nada más: la crónica de aquello, el proceso del asunto, el paso a paso. Esta película no necesita un "tema", ni siquiera una "tesis", pues tiene una historia y tiene personajes, y lo que Zahler hace es adentrarse en ellos, aunque no se note a simple vista, y solito se arma el cruce de perspectivas, el choque de conflictos y, por qué no, una visión crítica de tal o cual cosa. A propósito, brillante el trabajo de los actores, sobre todo un Mel Gibson bien contenido (aún en sus mejores y más serios roles se permitía sacar a relucir su irresistible carisma), en una interpretación casi hermética, y Tory Kittles, la sorpresa de la función (aunque el hombre lleve casi dos décadas en el negocio).
"Dragged Across Concrete" es otro paso (diez pasos, ¡veinte pasos maldita sea!) adelante de Zahler, que continúa enriqueciendo su cine, fortaleciendo su insobornable filosofía cinematográfica, consolidando su estilo, a la vez que se expande, experimenta y arriesga con impulso casi suicida, aunque un ojo poco atento pensará que esta película es la misma cosa violenta y sangrienta que las otras dos.
Lo que es yo, sigo impresionado y maravillado por el visionado de "Dragged Across Concrete", de lo mejor del 2018 sin duda alguna, y perdónenme si no me explayé de la mejor forma pero es que, insisto, aún sigo procesando lo que una película así significa, y tan sólo espero que la vean, que la disfruten y que la piensen y repiensen, porque Zahler ha hecho algo sensacional, fenomenal y atrevido, y yo aún no puedo ponerle palabras o conceptos. Mejor así, así quizás no se me quite nunca esta tremenda y honda impresión.
Imprescindible.