Revista Música

Dragonauta

Publicado el 03 septiembre 2010 por Cortestomas
DragonautaDragonauta - Luciferatu
Doom. Doom. Música de Satán, de la que parió Black Sabbath por inmaculada concepción. De pesados riffs, densidad, una tónica que comparte cierta carne, o color con el stoner.Música que habla de demoños, o de hombres santos, mientras viaja por las más placenteras tormentas cósmicas. Si es fuego o es ira o es un hoyo negro de distorsión lo que hace que los riffs se manifiesten cícliclos, headbangueros, lentos, avasallantes no es seguro; los gritos, casi de garganta destrozada, de gárgaras de sangre propia, a veces (pocas) dejan el lugar a cantos gregorianos recitados por todos los papas muertos de la edad media, voz y música de cavidades que son las gargantas de monstruos vivos y de galaxias. La de Dragonauta (su extraña, extraña épica) sería la música que emana sola de los manuscritos originales de Lovecraft. Desde argentina, para el mundo, en el 2003 se parió un disco que parece sacado de ningún lugar, anacrónico, o acrónico, este pequeño reducto de terror espacial hecho sonido y titulado Luciferatu (con una tapa tan chistosa como interesante) es una cosa que no se encuentra todos los días. Parece lo que es, un mineral nuevo, una cosa física hecha de los mismos componentes, elementos conocidos, sin embargo combinados de formas inesperadas, una piedra en la que se atisba posible preciosidad, una osa que arde como el metal más pesado y se vetea con psicodelía neurótica, jazz cabeza, aproximaciones juguetonas al math rock (o no, siempre siguen bien doom) y algo magnífico: velocidad. Y esto hace interesante este disco, este momento en la carrera de esta pequeña y efímera banda porteña. Siendo como es, el doom tiende a ser monolítico, bellísimamente lento. Lo magnífico de este disco es que Dragonauta toma una de las principales pautas del doom, y la subvierte, la anula, se la pasa por el orto, acelera a mil por hora (como si realmente los corrieran todos los demoños del infierno, o más probablemente, los llevaran adentro) y hace algo infinitamente nuevo, el metal más arriesgado del momento, absolutamente en las antípodas de lo que era enorme boom por esos años, el metalcore. Bien, bien distinto a lo que proponían en EEUU bandas como Lamb Of God (que vienen este año a argentina, si se le puede creer a la vida) o Mastodon (que con todas sus diferencias marcan un momento muy extraño en la música popular, años en los que un espectro bastante amplio de bandas PESADAS de metal se volvieron BASTANTE grandes comercialmente, incluso hasta rentables para el mundo del que no queremos hablar y que empieza con C) y todos sus innumerables mediocres imitadores, lo de Dragonauta mira al pasado, al totem oscuro, a las prácticas paganas, a los hechizos de palabras que son enfermedad y polvo para destilar el más más bello doom. Doom... doom

PD: recomendación: Vidrio Negro y Human Jackal God
Artistas similares: Los Natas; Taura; Poseidotica; Humo del Cairo; Santoro
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