Que Nicolas Cage se te aparezca mientras duermes puede ser un sueño o una pesadilla, y aunque esta película no explora exactamente esta idea, sí que plantea una premisa de análisis y sátira social que resulta interesante en su primera mitad, pero que pierde fuelle conforme se acerca a su desenlace. Y es que la historia no acaba siendo tan redonda ni se cierra tan bien como cabría esperar, convirtiéndose al final en una especie de capítulo de la serie "Black Mirror" que por el camino nos deja varias escenas que impactan, tanto visualmente como por lo absurdo de su contenido. Pero lo más increíble de todo es que, pese al juego que podría dar su actor protagonista en un mundo onírico sin limitaciones, su actuación es contenida, comedida y nada sobreactuada, siendo Cage lo más destacable de esta comedia de terror, que sin ser perfecta, es cuanto menos ingeniosa.
Mi puntuación: 6/10