La mayoría de los niños procede de Honduras, Guatemala y El Salvador.
Dos dreamers y otros cinco jóvenes comenzaron el lunes un ayuno de cinco días para pedir que los menores que están llegando solos a frontera de Estados Unidos puedan permanecer en el país.
"No tiene por qué deportarlos. (Estos niños) se tienen que quedar aquí porque son humanos", dijo la dreamer Yamilex Rustrian, quien añadió que abandonó su Guatemala natal a los siete años, junto con su hermanita de seis, después de que pandilleros asesinaron a su padre de ocho balazos.
Durante el día, Rustrian y el resto de los jóvenes permanecerán en una tienda de campaña blanca que instalaron sobre la grama enfrente de la terminal ferroviaria Union Station, en el centro de Los Angeles. Por la tarde, cruzarán la calle y participarán en oficios religiosos que se realizarán a diario en le Iglesia Metodista La Plaza Unida, donde dormirán en el sótano.
Más de 57.000 menores no acompañados han sido detenidos desde octubre por ingresar sin autorización legal a territorio estadounidense, de acuerdo con la Policía de Aduanas y Protección Fronteriza. La mayoría de los niños procede de Honduras, Guatemala y El Salvador, y huye de un ambiente violento y pobreza extrema, según el gobierno de Estados Unidos.
El presidente Barack Obama ha pedido al Congreso 3.700 millones de dólares para enfrentar esta crisis, que ha calificado como un "asunto humanitario urgente".