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La II Guerra Mundial estaba llegando a su fin, sin embargo en el mes de febrero de 1945 los aliados castigaron severamente la ciudad de Dresde. Una ciudad “hospital” y declarada como ciudad meramente civil y “amiga” por la Comunidad internacional y que carecía de defensa militar, con una mínima defensa antiaérea.
La ciudad de Dresde no era objetivo militar por tanto y albergaba a refugiados de la guerra. Todo ello, mientras Alemania ya retrocedía a pasos agigantados.
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Dresde, la venganza Aliada
En el mes de febrero de 1945, meses antes del final de la II Guerra Mundial, la “Florencia del Elba”, la ciudad de Dresde, sufrió cuatro consecutivos ataques por parte de la Royal Air Force (RAF) y las Fuerzas Aéreas del Ejército Estadounidense (USAAF). Entre el 13 y el 16 de febrero, 3 meses antes de la caída de la Alemania de Hitler, cerca de 4.000 toneladas de bombas acabaron con la vida de unos 40.000 civiles, arrasando por completo la ciudad.
El bombardeo, entonces ¿puede considerarse como un castigo desproporcionado o una venganza aliada o mas bien los aliados lo vieron como un punto estratégico que debían atacar?
Entraba ya el año 1945 y la guerra se había decantado del lado de los aliados, pocas zonas quedaban bajo el mando de Hitler y en este momento los aliados acordaban dar un golpe decisivo en la II Guerra Mundial contra Alemania. En este sentido, hay que remarcar que Dresde no podía ser objetivo militar ya que a finales de 1944 los aliados controlaban ya el Rin mientras la URSS había atravesado el Óder, mientras a su vez se disponía a conquistar Silesia. En este sentido, miles de refugiados que huían de la guerra se refugiaban en Alemania Central, y es aquí donde entra en juego Dresde.
El ejército alemán se intentaba reagrupar cubriendo el caótico frente y la URSS esperaba ansiosa en febrero y marzo el ataque final sobre Berlín. Por otro lado, por el oeste, el proyecto de los Aliados consistía en llegar a la cuenca del Ruhr.
Recordemos que por aquellas fechas el alto mando aliado ya se había planteado atacar por aire las ciudades alemanas (Operation Thunderclap) sin embargo, el proyecto se había archivado en agosto. Debido a la clara superioridad aérea de los aliados se volvió a reabrir el proyecto en el que, aparte de Berlín, Chemnitz y Leipzig, entraba ya en la órbita Dresde. En la teoría, la operación sería considerada como “menor” pues se consideró que Alemania podría cambiar la posición de unas 45 divisiones situadas en el Frente Oriental. Dicho proyecto se haría para destruir la “fortaleza alemana” con el fin de destruir objetivos militares, de comunicación, administrativos y de producción, así como de minar la moral de la población. En este sentido, los Aliados llevaron a cabo incontables bombardeos sobre las ciudades alemanas, hasta reducir algunas de ellas a escombros. Dresde se convirtió así en objetivo prioritario, “objetivo militar de primer orden”.
La Conferencia de Yalta, celebrada entre el 4 y el 11 de febrero de aquel 1945, acordó, a petición de la URSS, llevar a cabo nuevos ataques aéreos sobre la zona central y Oriental, por lo que Dresde entraba de lleno. Se acordó que Dresde era la ciudad que suponía el nudo de comunicaciones e infraestructuras de la zona oriental, es decir, un centro productivo de primer orden[1], por lo que al bombardearla se impediría la reubicación y llegada de tropas para reforzar la vanguardia alemana. Al mismo tiempo, los bombardeos tenían el propósito de evitar que el Ejército Soviético sufriese contraataques que ralentizasen su avance, consiguiendo así en última instancia adelantar el final de la guerra.
Dresde era la sede desde la que se gestionaba el funcionamiento de los ferrocarriles de la mayor parte de Sajonia y la parte noroccidental de los Sudetes. La Deutsche Reichsbahn disponía en Dresde de un taller de reparación y uno de fabricación. El gobierno utilizaba los túneles y los tramos con poca carga de tráfico de los alrededores para estacionar locomotoras y vagones procedentes de otras zonas de Alemania donde corrían peligro. Desde el este, millones de refugiados intentaban llegar al centro de Alemania y a finales de 1944, cada vez mas personas huían del avance soviético. En este sentido, Dresde se convirtió en una estación de paso, ya que imperaba la prohibición de asentarse en la capital sajona.
Por lo tanto, Dresde era una ciudad industrial y económica, así lo demuestra su extensa línea ferroviaria. En Dresde había también abundantes talleres y fabricas militares. Aparte de ello, Dresde como ya hemos visto era el punto central para millones de personas que huían de la guerra y que a su vez les servía de salvoconducto hacia otros lugares más seguros.
Así, en febrero de 1945, y bajo presión e interés soviético (ya que bombardear Dresde suponía que el avance de la URSS no sería frenado), se produjo el triste ataque sobre Dresde en el que aproximadamente unas 44.000 personas perdieron la vida en apenas tres días mientras la ciudad quedó reducida a escombros.
No se puede establecer, debido a las características poblacionales y económicas, que Dresde fuese un objetivo militar ya que no había militares ni suponía una amenaza para los aliados en el avance de la guerra. Su ataque se debe más bien a un ejemplo de “castigo”, pues era una ciudad de refugiados donde abundaba la población civil. Se trata de un ataque realizado premeditadamente y con alevosía con el propósito de que cundiera el pánico entre los alemanes, en que su moral se hundiera, ante el temor de un posible repliegue de las divisiones alemanas.
Autor: Álvaro González Díaz para revistadehistoria.es
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Bibliografía:
[1]En 1945 Dresde era el tercer nudo ferroviario de transbordo más importante del Reich. En ella se cruzaban las líneas Berlín-Praga-Viena, Múnich-Breslau-Varsovia y la que venía a Leipzig desde Hamburgo. Según un informe de la USAF, dos de las rutas que transcurrían por Dresde eran de especial importancia militar: el eje norte-sur que unía Alemania con Checoslovaquia y el este-oeste, a lo largo de las tierras altas centroeuropeas.
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