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Drive: No hay salida fácil

Publicado el 04 enero 2012 por Mike_lee
Drive: No hay salida fácilEspecialista de cine de día, experto en atracos y fugas por la noche, el Conductor lleva una vida monótona y vacía en las oscuras calles de Los Ángeles, cumpliendo los encargos que recibe de su jefe, Shannon. Cuando conoce a Irene, parece que el Conductor ha encontrado una segunda oportunidad de redimirse, pero la entrada en escena de un personaje inesperado desencadenará una espiral de violencia que provocará que nada vuelva a ser lo mismo ni para el Conductor ni para quienes le rodean.
Tomando como referencia la novela homónima de James Sallis, escritor estadounidense dedicado al género negro, el guionista Hossein Amini (Las Cuatro Plumas) construyó con precisión las bases de Drive de modo que la película combinara al mismo tiempo homenajes al cine de atracos y de mafias con una historia intensa. Entusiasmados con esta premisa, los productores ofrecieron el papel protagonista a Hugh Jackman, pero cuando el actor australiano se vio obligado a rechazar la oferta por problemas de agenda, el elegido para interpretar al conductor sin nombre fue Ryan Gosling (Half Nelson). Desde que leyó el guión, Gosling se involucró por completo en el proyecto, e incluso fue él mismo quien se puso en contacto con uno de los candiatos a directores, el danés Nicolas Winding Refn (Bronson). Una vez Winding Refn hubo aceptado el reto, el resto de miembros del reparto se fue uniendo a esta película de bajo presupuesto y de gran trasfondo.
Drive: No hay salida fácil
Con un ritmo pausado, Drive sumerge a los espectadores en las atmósferas opresivas que habita el Conductor, un héroe solitario que hará lo imposible para que otros escapen de su mundo; y al mismo tiempo ofrece una película repleta de homenajes a las convenciones del cine de atracadores, mafias, tipos duros y violencia callejera que representan filmes tan ilustres como por ejemplo Harry el Sucio, Uno de los nuestros, Reservoir Dogs o Heat. Todo esto contando con la impecable dirección de Winding Refn, quien hace gala de un estilo sobrio y elegante, con una planificación brillante de las secuencias de acción y un magnífico trato con los actores. 
Las fascinante ambientación de Drive merece una mención especial, ya que la película no tendría tanta fuerza sin el retrato oscuro que ofrece de la ciudad de Los Ángeles, con atmósferas opresivas y personajes sucios que recuerdan a la visión de Nueva York de la mítica Taxi Driver. A este logrado aspecto estético del filme contribuyen la cuidada fotografía y especialmente el apartado sonoro, en el que se incluye la banda sonora electrónica de Cliff Martínez (compositor habitual de Steven Soderbergh).
Drive: No hay salida fácil
Todos los miembros del reparto brillan en sus respectivas (y breves) actuaciones: desde Carey Mulligan (Orgullo y Prejuicio) como una doncella en apuros moderna, al mafioso ambicioso de Ron Perlman (Hellboy), incluyendo al siempre genial Bryan Cranston (Breaking Bad), Oscar Isaac (Sucker Punch), Christina Hendricks (Mad Men) y por supuesto a Albert Brooks, una de las sorpresas de la película al interpretar un papel opuesto a su registro cómico habitual. Sin lugar a dudas, destaca por encima de sus compañeros de reparto la caracterización de Ryan Gosling como el Conductor, un solitario atormentado de pocas palabras, un héroe sin nombre que homenajea a los tipos duros del cine como Clint Eastwood y que no dudará en recurrir a la violencia si la situación le obliga a ello. En resumen, un papel ideal para la sobriedad interpretativa e intensidad que caracterizan el estilo de Gosling, uno de los actores del momento.
Drive: No hay salida fácil
Oscura, intensa y con un acabado extremadamente pulcro, la combinación de homenajes cinematográficos con una trama intensa convierten a Drive en uno de los títulos fundamentales de 2011 y aseguran su futuro como película de culto.

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