Queda poco para que volvamos disfrutar de uno de los mejores delanteros que han goleado por Europa en el Siglo XXI. Didier Drogba acepta el reto de volver tras una etapa poco exigente en China a la Champions, el torneo que por fin en mayo de 2012 saldó una cuenta pendiente con él (algo de lo que no muchos jugadores pueden presumir) y que le espera con los brazos abiertos para darle mucho lustre y atractivo al que hace dos meses podía ser el cruce con menos nombre de los Octavos de la máxima competición de clubes en Europa.
Sus treinta y nueve goles en casi diez años desde que se presentó en Champions con el Olympique de Marsella en 2003 cuentan la historia de un delantero que pudo tener una explosión algo tardía por su edad, pero que supo aguantar de forma excelente el nivel de relevancia en el juego de su equipo, siendo el estilete en las mejores noches de su Chelsea y la referencia cuando el fútbol no fue tan fluido por parte de los 'blues'. La muestra, la buena muestra, la vivimos durante la campaña pasada cuando lideró a su equipo casi cadáver en Champions hasta la gloria máxima cerrando un ciclo en su carrera que esta noche reescribirá.
Porque su llegada al Galatasaray atiende, entre otras necesidades, a la de saciar su sed competitiva. No vimos, desde luego, la mejor versión de Drogba en la pasada Copa África, donde una vez más partía como favorito con su selección y en la cual quedó apeado antes de lo esperado. Una bofetada que hirió su autoestima deportiva y que le empujó a apostar por un proyecto exótico pero que le llevaría, con muchos más minutos que otras opciones, a volver a colocar su nombre en el mejor escaparate del Viejo Continente. Drogba (junto a Sneijder) ha cambiado el signo en cuanto a favoritismo previo a su duelo con el Schalke, sus primeros minutos con su nuevo equipo en el partido previo a su vuelta a Europa confirma no sólo que Drog's vuelve, sino que lo hace muy motivado.
¿Puede haber algo más apetecible que ver el regreso a la Champions de su mejor jugador en el pasado curso? Sí, que lo haga con ganas de seguir siendo decisivo en la fase más bonita de la competición.