Estos aparatejos se han puesto de moda antes de nacer una regulación de su uso; no cabe duda que no es agradable chocar de bruces contra un artefacto volador utilizado con la intención de fotografiar en actitud particular a la vecina del cuarto. En fin, la viñeta, publicada en un diario de tirada nacional hace escasos días, recoge perfectamente la variada idiosincrasia de los líderes políticos nacionales, especialmente en lo referente al catalán impasible, a quien la cortina de humo de la independencia le empieza a fallar cuando trata de cubrir la corrupción generalizada de su formación política. Mariano no choca con todo, posiblemente ni despegue el vuelo, en una suerte de inacción prolongada en la que el tiempo es la panacea que cura todos los males, por encima de un vociferante Pedro Sánchez que resultó, en campaña, ser un mal actor, además de un líder con los pies de barro, carcomidos por los barones de su propio partido. No se descarta una gran coalición de fuerzas pseudoprogresistas con socialistas, podemitas y otras formaciones minoritarias, sería tal vez, la mejor vacuna contra la política de incrementar el gasto público con la consiguiente pérdida de confianza en nuestra economía y consecuencias negatias que afectarían especialmente a las clases más desfavorecidas. Pero tengo la sensación de estar saliéndome del tema; de momento, me regalaré un dron para estas señaladas fechas, para que al menos, algo de nuestro entorno vuele con cierto grado de libertad, aún no regulada.