por Peter Drucker (extracto) El artículo se propone seleccionar proposiciones realizadas por Peter Drucker en torno a los desafíos del management futuro. Veamos: Más Allá de la Revolución Informática Lo que llamamos revolución informática es en realidad una revolución del conocimiento. La clave no es electrónica: es la ciencia cognoscitiva. La nueva economía desplaza al capital y a la tecnología como recursos principales, pues erige a los trabajadores del saber, especialistas que agregan valor al conocimiento habitual. Los rendimientos en estas industrias basadas en el conocimiento dependerán cada vez más de manejar la institución de modo que atraiga, retenga y motive a los trabajadores del conocimiento. Cuando esto ya no se pueda hacer satisfaciendo su codicia, que es lo que estamos tratando de hacer en la actualidad, tendrá que lograrse satisfaciendo sus valores y otorgándoles verdadero reconocimiento y poder social. Tendrá que hacerse convirtiéndolos de subalternos en colegas ejecutivos, y de empleados, por bien pagados que sean, en socios.
El Mundo Explosivo de Internet
Los incentivos financieros no impiden que la
gente se marche, sino que más bien la motiva para irse, pues desde el momento
en que puede recibir esa bonificación o ejercer las opciones, la ganancia
financiera se convierte en su única motivación.
La administración tiene que equilibrar su
conocimiento de los valores de la gente con la preocupación por lo resultados
financieros inmediatos, que no disminuirán mientras el mercado de valores se
comporte bien.
¿Así que las compañías ya no pueden halagar
a los trabajadores del conocimiento con participaciones en sus acciones?
De la Alfabetización del Computador a la Alfabetización de la Información
Muchas veces descubrimos que la mayor parte
de los niveles administrativos no administran nada. No hacen sino amplificar
las débiles señales que vienen de la cumbre y del fondo de la infraestructura
corporativa. Supongo que la mayoría de los directores ejecutivos conocen la
primera ley de la teoría informática: en todo traspaso se duplica el ruido y se
reduce a la mitad el mensaje. Lo mismo se puede decir de la mayoría de los
niveles administrativos que ni dirigen a la gente ni toman decisiones. Sólo sirven
para retransmitir.
La corporación de hoy está estructurada en
estratos de administración, la mayoría de los cuales no son otra cosa que
trasmisores de información, y cada traspaso de ésta reduce el mensaje a la
mitad.
Ninguna de estas personas, sin embargo, se
concentra en la capacidad del negocio para producir riqueza ni en las de
decisiones del mañana. Ambas se concentran en lo que ya pasó, no en lo que
podría ocurrir o podríamos hacer que ocurriera.
Nuestro mayor problema seguirá siendo obtener información de fuera para
poder tomar buenas decisiones. Esto guarda relación con el mercado local, con
la manera como están cambiando los clientes y la manera como están cambiando
los sistemas de distribución.
El costo del recurso básico, que es el cerebro, está subiendo rápidamente y ya es muy alto. Los conocimientos técnicos y la gente innovadora se han vuelto increíblemente costosos. Pueden ganar todo el dinero que quieran si se mantienen como contratistas independientes en lugar de trabajar para una compañía, por más opciones de acciones que ésta le ofrezca. El centro de gravedad de la educación superior ya se está desplazando de educar a los jóvenes a la educación continuada para adultos. Las destrezas en los negocios cambiaban antes muy lentamente.
Es grande la tentación de administrar sólo para el cor to plazo, pero es muy peligrosa. Una de las cosas que los gerentes tienen que aprender, y que pocos saben, es a equilibrar el corto y el largo plazo. Yo diría que la realización sobresaliente de Jack Welch en General Electric fue que desarrolló las técnicas para vigilar constantemente las finanzas a corto plazo (y no quiero decir seis meses sino tres años), pero hizo mucho — mucho — hincapié en la formación del personal a largo plazo. Se puede decir que fue una estrategia de poder mental. El Director Ejecutivo en el Nuevo Milenio
Si echamos un vistazo a la posición del director ejecutivo en los próximos quince años, veremos tres puntos clave que yo creo sobresalientes, todos relacionados entre sí pero perfectamente distintos. ¿Cuáles son esos puntos y de qué manera van a afectar la carrera del ejecutivo? Transformar el gobierno empresarial
Estoy absolutamente seguro de que dentro de quince años el gobierno de una sociedad anónima será enteramente distinto de lo que es hoy estamos presenciando un cambio fundamental en la estructura de propiedad de la sociedad anónima, y eso inevitablemente va de la mano con cambios en la manera de gobernarla. ¿Qué significa esto para el gobierno de la sociedad anónima y para el director ejecutivo? Tiene ante sí un enorme reto: el de educar a los nuevos propietarios, muchos de los cuales, como ya lo he observado, son personas de finanzas.
Mando y control Íntimamente relacionado con esto hay otro factor: hoy se está haciendo menos trabajo de la manera tradicional. Muchos de los que trabajan para una compañía probablemente no son sus empleados, y una predicción que he oído es que dentro de pocos años quienes no son empleados de la empresa para la cual trabajan, inclusive el gobierno, excederán grandemente en número a quienes sí son empleados.
El surgimiento de las personas que trabajan con el conocimiento El trabajo del director ejecutivo va a ser mucho más parecido al oficio más complejo que yo conozco, que es dirigir una ópera. El director tiene sus primadonnas y no les puede dar órdenes; tiene el elenco de apoyo y la orquesta; y tiene el auditorio. Cada grupo es totalmente distinto, pero el director de la ópera tiene su partitura y todos tienen la misma partitura y hay que lograr que los distintos grupos coincidan para producir el resultado deseado. Ésta es la clave para entender lo que viene. No es cuestión de ser más importante o menos, sino de ser importante de una manera distinta. No se trata de abstenerse de dar órdenes, sino de saber cuándo darlas y cuándo hay que tratar al prójimo como un socio. Y no se trata, les puedo asegurar, de me nospreciar los objetivos financieros; por el contrario, la demografía nos indica que éstos van ser más importantes, pero habrá que saber cuándo integrar los objetivos finan cieros con la necesidad de fortalecer y mantener un negocio.
La Sociedad Futura: El Conocimiento es Todo
La sociedad futura será una sociedad del conocimiento. Su recurso clave será el conocimiento y los trabajadores del conocimiento serán el grupo dominante de su población activa. Sus tres características principales serán:
- Ausencia de fronteras, porque el conocimiento viaja aun con menos esfuerzo que el dinero.
- Movilidad ascendente, disponible para todos en virtud de educación formal fácil de adquirir.
- Potencial de fracaso tanto como de éxito. Cualquiera puede adquirir los “medios de producción”, es decir, el conocimiento que se requiere para el oficio, pero no todos triunfan.