¿Qué es lo peor de Dublín? Pues hay dos cosas que, en realidad, serían algo general de toda Irlanda: La comida y la meteorología. Por un lado, ya os aviso a los que tengáis pensado ir en un futuro, que no son un país de sibaritas. Y aunque yo tampoco es que sea alguien de paladar fino, pues qué queréis que os diga, estoy acostumbrado a la comida de aquí, aunque todo hay que decirlo, y es que, en el caso de haber nacido allí y haber pasado toda mi vida allí, probablemente hoy su comida me parecería exquisita. Y es que todo hay que mirarlo desde diferentes perspectivas. En cuanto a la meteorología, aunque se vaya en pleno mes de julio o agosto, ya os podéis ir preparando para tener que ir con varias capas de ropa y con paraguas. Para haceros una idea, en aquella ocasión llegué a la capital irlandesa un lunes y no vi el sol hasta el jueves por la mañana, el cual parece ser que tenía prisa, porque a las pocas horas volvió a taparse y no volvió a aparecer hasta allí hasta el domingo por la tarde, justo el día anterior de mi vuelta a España. Luego tendrían otra cosilla no tan buena, aunque dependiendo del plan con el que vayas, pues puede no serlo tanto, y es que, aunque sea una isla relativamente pequeña, si quieres visitar otras partes de la isla, o alquilas un coche, o lo tienes claro, porque en transporte público puedes tirarte casi tanto rato entre ir y venir del sitio que el tiempo que estás en el sitio en cuestión.
Pero no penséis que sólo tienen cosas malas. Tienen algunas cosas buenas. Una de ellas es que todo el tema del turismo se lo tienen bastante trabajado. En Dublín mismo hay bastantes lugares para visitar, a muchos de los cuales puedes ir incluso caminando, y es que, para ser capital de estado, Dublín es una ciudad relativamente pequeña, y cogiendo un hotel en el centro de la ciudad, puedes visitar, pudiendo ir incluso caminando, no pocos lugares en un radio de unos 20 o 30 minutos. Lugares como la cervecería Guinness, el Museo Nacional de Irlanda, el Trinity College, el Museo de los escritores o la exposición Dublinia son lugares que se merecen una visita.
Otra cosa que también puede hacerse por esta ciudad es la de callejear por ella. A mí es algo que desde siempre me ha gustado hacer en todas aquellas ciudades que he visitado, y Dublín no iba a ser menos. Casi desde siempre, algo que me ha encantado hacer es caminar por aquellos lugares de los cuales no se suele hablar en las guías turísticas, pasear por las calles que no están llenas de turistas y ver los escaparates o las tiendas donde no se suelen parar las grandes masas de gente. No es que lo haga todos los días, pero es algo que les recomiendo a todos que hagan al menos una vez.
En cuanto a las visitas que pueden hacerse en esta ciudad, pues hay unas cuantas. Si tuviese que elegir entre diez visitas, escogería las siguientes, de las cuales iré hablando en futuras entradas:
- Trinity College
- National Museum of Ireland
- Christ Church Cathedral
- Exposición Dublinia
- Museo de los Escritores
- Cervecería Guinness
- St. Stephen's Green
- Prisión de Kilmainhan
- Temple Bar
- Castillo de Dublín