Fundada por los vikingos en el siglo IX, la ciudad irlandesa de Dublín ha dejado atrás un pasado de cruentas guerras y numerosos conflictos. Hoy en día es una animada localidad llena de encanto, donde la modernidad se funde con las tradiciones gaélicas.
Cuna de grandes escritores como Oscar Wilde, Samuel Beckett, James Joyce o Bram Stoker, Dublín posee algunos interesantes monumentos, pero sobre todo cuenta con grandes zonas ajardinadas, numerosos pubs y mucha vida, tanto diurna como nocturna.
En Dublín hay que recorrer Temple Bar, probar una pinta de Guinness en la Guinness Storehouse, dar un paseo por Stephen's Green o sumarse a alguna de las múltiples sesiones de música tradicional que ofrecen los pubs de la ciudad.
El clima de Dublín
Dublín posee un clima de tipo marítimo, que se caracteriza por contar con unos inviernos suaves y unos veranos más bien frescos, aunque sin temperaturas muy bajas.
La temperatura máxima en los meses de invierno se halla en torno a los ocho grados centígrados, mientras que en los meses estivales suele ser de 20 grados. Los meses más cálidos son mayo y junio, mientras que el mes más lluvioso es octubre. Las precipitaciones son abundantes, y se reparten a lo largo de todo el año.
Qué ver en Dublín
Para conocer Dublín hay que patear algunas de sus calles y zonas más populares, como O´Connell Street, la principal arteria de la ciudad. Se halla en el centro de la villa, y es una gran avenida repleta de bares, restaurantes y tiendas.
También es imprescindible la calle Grafton Street, que es peatonal y siempre está muy concurrida. Entre los barrios, el más famoso es Temple Bar. Es el más antiguo y tradicional, y no faltan buenos pubs donde disfrutar tanto de día como de noche.
Barrio de Temple Bar, Dublín by © Wikipedia
En cuanto a la parte monumental de Dublín, son de obligada visita lugares como la Universidad Trinity College, la más antigua de Irlanda (1592); la catedral de San Patricio, la Catedral de Christ Church o la iglesia de San Michan; el Castillo de Dublín, que fue reconstruido tras el incendio de 1684; el Ayuntamiento de Dublín, del año 1969; Custom House, un edificio neoclásico construido en el siglo XVIII para funcionar como aduana del puerto de Dublín; la Cárcel de Kilmainham (1796), por donde pasaron muchos de los personajes relacionados con la independencia de Irlanda; la Guinness Storehouse, la antigua fábrica de cerveza Guinness que actualmente acoge un estupendo bar panorámico; los museos Nacional de Arqueología, la Galería Nacional de Irlanda y el Museo de Artes Decorativas e Historia, o la Antigua Destilería de Jameson.
Catedral de San Patricio, Dublín by © Wikipedia
Universidad Trinity Collage, Dublín by © Wikipedia
Comer en Dublín
En Dublín podremos degustar la tradicional cocina irlandesa, pero también encontraremos buenos restaurantes de cocina internacional y de gastronomía vanguardista.
Entre las recetas más típicas se hallan el irish stew, un estofado irlandés de carne de cordero; las fresh oysters, ostras servidas sobre hielo; el colcannon, puré de patatas acompañado de col; el coddle, salchichas de cerdo cortadas en lonchas y recubiertas de beicon con patatas y cebolla; el boxty, un pastel de patata; el black pudding, similar a la morcilla, o el Champ, un puré de patatas elaborado con leche, mantequilla y cebolla. Para después de comer, nada mejor que un tradicional café irlandés, que lleva whisky irlandés, azúcar y nata.
Alojarse en Dublín
La oferta de hoteles en Dublín cuenta con más de 200 alojamientos. Entre otros muchos, mencionar los cinco estrellas Marriott Druids Glen, el Hotel Merrion, The Westbury Hotel, el Hotel Conrad Dublín, el Hotel Westin, el Hotel Dylan o el Hotel Fitzwilliam; los cuatro estrellas Maldron Hotel Cardiff Lane, The Croke Park Hotel, el Hotel Stauntons On The Green o el Hotel Radisson Blu Royal Dublín, o los hoteles de tres estrellas Drury Court, Hotel Camden Court, Mespil, Fleet Hotel Temple Bar, Hotel Kingston o el Hotel Days Park West.
Motivos para visitar Dublín
Sobran razones para elegir Dublín como nuestro próximo destino. Además de ser una ciudad muy animada, debido al carácter festivo de los irlandeses, también cuenta con una excelente oferta de alojamiento, restauración, cultura y ocio. En la villa abundan los parques y jardines, además de estar rodeada de un maravilloso entorno natural, por lo que también es el lugar perfecto para los amantes de la naturaleza.
Herbert Park, en Dublín by © Wikipedia
Además del gran bagaje histórico de Dublín, la ciudad está muy ligada a la literatura, ya que ha sido cuna y lugar de inspiración de escritores tan famosos como Oscar Wilde, Samuel Beckett, James Joyce o Bram Stoker, el creador del personaje de Drácula.
Imposible perderse las noches de Dublín. Tras cenar temprano, los dublineses se echan a la calle para tomar una cerveza en alguno de sus peculiares pubs, escuchando buena música y charlando hasta las dos de la mañana, hora de cierre. Si se desea prolongar la velada, los clubes y discotecas cierran a las tres de la madrugada.
Dublín nocturno by © Wikipedia
Para los adictos a las compras, Dublín ofrece todo tipo de recuerdos relacionados con Irlanda, especialmente con los clásicos tréboles, los duendes leprechaun y las ovejas, dominando siempre el color verde. Es casi una obligación adquirir algún objeto de merchandising de Guinness o comprar botellas del conocido whisky irlandés Jameson.
En St James Gate Brewery, donde nació la cerveza Guinness, te mostrarán cómo se elabora y te ofrecerán una cata. Y si buscas original ropa y complementos vintage, nada mejor que acercarse a The Loft Market.
Fábrica de cerveza Guinness, en Dublín by © Wikipedia
Dublín es una ciudad única, bulliciosa y acogedora a la vez, llena de vida y animadas costumbres, con una larga tradición que se mantiene siempre viva. ¿Te la vas a perder?
Créditos del artículo
Autor: Belén Valdehita
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