A lo largo de la semana los sorprendentes acontecimientos relacionados con Fagor Electrodomésticos han suscitado dudas respecto a la validez de las fórmulas cooperativas.
En su artículo, “El caso Fagor Electrodomésticos: Algunos aspectos a considerar y valores a preservar”, aparecido en el Grupo Noticias, Juan Manuel Sinde (*) analiza algunos aspectos del caso y refuerza, por otro lado, los valores constitutivos del original modelo humanista vasco. Introducción del artículo: “La suspensión de pagos de Fagor Electrodomésticos (no confundir con otras cooperativas independientes que llevan Fagor en su marca) ha supuesto, en primer lugar, un “shock” para sus socios trabajadores y sus familias, que se encuentran con una situación de angustiosa incertidumbre sobre su futuro.
Vaya por delante mi convicción de que la cultura, la "expertise" y los recursos del grupo cooperativo serán suficientes como para facilitar a ese importante colectivo de personas las mismas ayudas prestadas a los socios de las 18 cooperativas cerradas a lo largo de la historia del grupo. Pero dicho “shock” no se limita a ese grupo humano. Ni siquiera al del resto de cooperativistas del primer grupo empresarial vasco, sino que, por diferentes razones, afecta también a ciudadanos y empresas de nuestro entorno. La nueva situación puede tener importantes consecuencias económicas negativas, al menos a corto plazo. Así mismo, puede suscitar interrogantes sobre la validez de determinados valores cooperativos en un mundo económico caracterizado por una competencia despiadada en un mercado globalizado.
(Modelo de Gestión de la Corporación Mondragón)
Quizás merezca la pena, en ese contexto, repasar algunas circunstancias que han concurrido en esta situación, tratando de apuntar algunas reflexiones pendientes, necesarias para el futuro. Ya que, efectivamente, en el caso de Fagor Electrodomésticos se han dado variables externas e internas que puede ser interesante recordar y sobre las que queda la tarea pendiente de profundizar” Continuar leyendo aquí
Ver también parte del artículo en Deia.
Juan Manuel Sinde cita en más de una ocasión al Padre Arizmendiarrieta, inspirador del cooperativismo. Para afrontar la dura situación actual, es oportuno recordar lo que el Padre repetía a sus jóvenes discípulos, que pusieron en marcha las cooperativas de Mondragón hace casi 60 años: “No lamentos, sino acción"
(*) Juan Manuel Sinde es Vocal de Arizmendiarrietaren Lagunak Elkartea y Senior de SECOT Bizkaia