Me gustan los lunes. Desde siempre me han gustado. Como nunca he llevado un ritmo de vida normal, pues nunca han supuesto ese martirio semanal que suponen para casi todo el mundo, esa pequeña tortura de la vuelta al trabajo y todo eso. En mi época de estudiante de secundaria tampoco me molestaban especialmente porque me gustaba ir al instituto, lo pasaba bien, me juntaba con mis amigos y jugábamos a ser mayores. Otro detalle más en lo que he ido un poco a contra corriente. Son muchos. Tal vez poco importantes, pero sin duda numerosos. Nunca he sabido el porqué pero debe ser que nunca me lo he preguntado.
Por lo general no me gusta demasiado hablar de mi vida, pero en este blog no me queda más remedio entre otras cosas porque para eso está, para eso lo empecé a escribir, como una forma de sacar fuera todas las reflexiones que me viniesen a la cabeza. Pero también lo empecé a escribir como un último intento de dejar algo hecho. Aunque pueda parecer un poco inconexo, me da la impresión de que si nos ponemos en perspectiva y vemos el blog como un todo, es posible que aparezca la silueta de una obra. A lo mejor hay que pulir algunas partes, suprimir otras, hacerle un lavado de cara en definitiva, pero yo creo que sí puede considerarse como algo cerrado. Comento esto porque hasta yo albergo dudas acerca de porqué sigo y sigo escribiendo un artículo diario.
Ahora estoy en pleno bajón de la última sesión de quimioterapia. Esto se traduce en que duermo mucho. Ayer dormí unas 17 horas. Se me pasa el tiempo volando. Además duermo muy profundamente, con un cansancio general como nunca antes había experimentado, como si tuviese una plancha de acero encima de cada músculo. En otro tiempo me habría sentado mal dormir tantas horas, habría pensado que era una pérdida de tiempo, pero ahora no tengo más remedio que aceptarlo. Los médicos ya me han advertido de que sería así de manera que, una vez más, ajo y agua.
A este tipo de cosas me refiero cuando digo que he dejado de ser yo mismo. Aspectos sutiles que ya no son como a mí me gustaba que fueran sino como el cáncer exige que sean. Y son casi todos, la verdad.
Las imágenes de hoy son tejas del castillo de Manzanares el Real. He jugado un poco con el color para intentar darles un toque divertido y elegante. Ya me diréis qué os parecen porque gracias a este blog y a los comentarios de todos los que lo seguís, estoy descubriendo que me gustan las imágenes abstractas aunque no tengan nada que ver con el texto, como casi siempre. Encuentro que tienen un poder evocador muy potente y son muy difíciles de lograr, aunque en este caso no son exactamente abstractas porque se distingue claramente que son tejas, pero en fin, me parece que igualmente entran en el mundo de mi lenguaje visual.
Un día más, un día menos… quién sabe. Todo depende de dónde esté situada la meta.