Revista Diario

Dulce fin de fiesta

Por Sandra @sandraferrerv
Dulce fin de fiestaTras una larga y fantástica Semana Santa, hoy hemos terminado las vacaciones con una bonita y dulce celebración: El lunes de Pascua. Con los padrinos y madrinas de mis pequeños hemos comido unas preciosas y riquísimas monas de chocolate. La de la foto es la de mi pequeña foquita, quien, por cierto, no ha parado de comer. Como viene siendo tradición, es una buena manera de finalizar unos días de descanso, diversión, lectura, lluvia...
Días en familiaEl viernes, cuando mi trabajador marido cogió, al fin, fiesta, nos marchamos a ver a los abuelos paternos al campo. Allí compartimos unos días con la familia: yayos, tíos, primos, todos juntos soportando la incesante lluvia y aplicando aquello de al mal tiempo, buena cara.
Mi bebé gigante ha disfrutado de lo lindo haciendo el cafre con su primo del alma mientras mi pequeña foquita se miraba los toros desde la barrera protectora de los brazos de su padre. Creo que está tomando demasiada nota; cuando se suelte, que tiemblen los mayores. En estos diez días que ha estado pegada a su hermano, será casualidad, pero ha aprendido muchas palabras y se ha soltado a hablar. Vamos, es digna hija de su madre.
Diada de Sant JordiAunque este año Sant Jordi ha caído justo en medio de la Semana Santa, no ha sido impedimento para celebrarlo y tener un libro. Siempre hay una buena razón para comprar libros. Yo ya lo llevaba en la maleta. Por si acaso.
Este año mi marido me ha regalado (previa instrucción detallada) una Historia de las mujeres, un tocho de más de 1000 páginas que resigue la vida femenina desde la prehistoria hasta nuestros días. Seguro que encontraré alguna historia interesante sobre la infancia y la maternidad. Estaré encantada de compartirla con vosotras. Contesto así a algunos de vuestros comentarios de la entrada del sábado. No la publiqué yo. Fue mi gran ayudante la opción programado para de nuestro amigo Blogger. Por eso no pude responder el mismo día.
A mis niños, les compré un libro de clásicos de siempre porque los que tenemos ya nos los sabemos de memoria. La yaya les regaló sendos cuentos de sonidos de transportes y de animalitos de la granja que les encantaron.
Lunes de PascuaHe de decir que no he podido escoger unos padrinos y madrinos mejores para mis hijos. Después de unas palmas preciosas, las monas no se han quedado atrás. La de mi bebé gigante hecha artesana por el padrino-cocinero-pastelero. La de mi pequeña foquita, la más preciosa de veinte pastelerías a la redonda.
Y así, en fin, ha terminado otra Semana Santa. Mañana, de vuelta a la rutina.
P.D.: He de confesar que os he hechado de menos. Me ha hecho ilusión volver y encontrarme con vuestros comentarios aun estando yo ausente, y algún que otro seguidor nuevo. Y he vuelto con las pilas cargadas y un montón de ideas nuevas que contraros en la maleta.

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