Ya los sabes, en esta nota le toca al azúcar común sentarse en el banquillo de los acusados. Después no digas que no le avisamos. Para que una dieta sea equilibrada, según la Pirámide de Guía Alimentaria, del total de calorías que necesita el organismo, entre un 55 y un 60 % deben consumirse en forma de hidrato de carbono (cereales) y de esta cantidad, el 10 % de calorías pueden provenir de los simples, es decir, del consumo de azúcar de adición o de otros alimentos dulces. Estos significan que para una dieta de full calorías por ejemplo una ingesta de 50 gramos diarios de azúcar de mesa (sacarosa), sería adecuada (equivalente a 10 cucharadas de té).
La principal función de esta dulce y blanca materia es proporcionar para el funcionamiento de los diferentes órganos como cerebro y de los músculos.
Entonces !Por qué deberíamos reducir o suprimir su consumo? Sucede que los azúcares simples provenientes de los alimentos (frutas y verduras frescas, frutas secas, miel, lácteos) de nuestras dietas diarias, alcanzan y sobran para cubrir esta demanda del organismo, por lo que el agregado artificial no tendría otra justificación más que la irresistible costumbre de “endulzarnos más”.
¡Miel vs Azúcar!
Si a pesar de todo quiere comer un poco de azúcar, más vale elegir la integral orgánica o usar miel. La miel contiene un 80 por ciento de azúcar en forma de fructosa, pero es mucho más que azúcar. Su contenido calórico engorda igual que la sacarosa, pero contiene proporciones pequeñas de varios micronutrientes, aminoácidos esenciales, ácidos orgánicos minerales (azufre, hierro, calcio, potasio, fósforo, magnesio, cobre, manganeso) y vitaminas (C y grupo, B). Además se le atribuyen propiedades antibióticas, antiinflamatorias y desinfectantes procede
Ya los sabes, en esta nota le toca al azúcar común sentarse en el banquillo de los acusados. Después no digas que no le avisamos. Para que una dieta sea equilibrada, según la Pirámide de Guía Alimentaria, del total de calorías que necesita el organismo, entre un 55 y un 60 % deben consumirse en forma de hidrato de carbono (cereales) y de esta cantidad, el 10 % de calorías pueden provenir de los simples, es decir, del consumo de azúcar de adición o de otros alimentos dulces. Estos significan que para una dieta de full calorías por ejemplo una ingesta de 50 gramos diarios de azúcar de mesa (sacarosa), sería adecuada (equivalente a 10 cucharadas de té).
La principal función de esta dulce y blanca materia es proporcionar para el funcionamiento de los diferentes órganos como cerebro y de los músculos.
Entonces !Por qué deberíamos reducir o suprimir su consumo? Sucede que los azúcares simples provenientes de los alimentos (frutas y verduras frescas, frutas secas, miel, lácteos) de nuestras dietas diarias, alcanzan y sobran para cubrir esta demanda del organismo, por lo que el agregado artificial no tendría otra justificación más que la irresistible costumbre de “endulzarnos más”.
¡Miel vs Azúcar!
Si a pesar de todo quiere comer un poco de azúcar, más vale elegir la integral orgánica o usar miel. La miel contiene un 80 por ciento de azúcar en forma de fructosa, pero es mucho más que azúcar. Su contenido calórico engorda igual que la sacarosa, pero contiene proporciones pequeñas de varios micronutrientes, aminoácidos esenciales, ácidos orgánicos minerales (azufre, hierro, calcio, potasio, fósforo, magnesio, cobre, manganeso) y vitaminas (C y grupo, B). Además se le atribuyen propiedades antibióticas, antiinflamatorias y desinfectantes procede
Ya los sabes, en esta nota le toca al azúcar común sentarse en el banquillo de los acusados. Después no digas que no le avisamos. Para que una dieta sea equilibrada, según la Pirámide de Guía Alimentaria, del total de calorías que necesita el organismo, entre un 55 y un 60 % deben consumirse en forma de hidrato de carbono (cereales) y de esta cantidad, el 10 % de calorías pueden provenir de los simples, es decir, del consumo de azúcar de adición o de otros alimentos dulces. Estos significan que para una dieta de full calorías por ejemplo una ingesta de 50 gramos diarios de azúcar de mesa (sacarosa), sería adecuada (equivalente a 10 cucharadas de té).
La principal función de esta dulce y blanca materia es proporcionar para el funcionamiento de los diferentes órganos como cerebro y de los músculos.
Entonces !Por qué deberíamos reducir o suprimir su consumo? Sucede que los azúcares simples provenientes de los alimentos (frutas y verduras frescas, frutas secas, miel, lácteos) de nuestras dietas diarias, alcanzan y sobran para cubrir esta demanda del organismo, por lo que el agregado artificial no tendría otra justificación más que la irresistible costumbre de “endulzarnos más”.
¡Miel vs Azúcar!
Si a pesar de todo quiere comer un poco de azúcar, más vale elegir la integral orgánica o usar miel. La miel contiene un 80 por ciento de azúcar en forma de fructosa, pero es mucho más que azúcar. Su contenido calórico engorda igual que la sacarosa, pero contiene proporciones pequeñas de varios micronutrientes, aminoácidos esenciales, ácidos orgánicos minerales (azufre, hierro, calcio, potasio, fósforo, magnesio, cobre, manganeso) y vitaminas (C y grupo, B). Además se le atribuyen propiedades antibióticas, antiinflamatorias y desinfectantes procede