¡¡Hola chic@s!!
Desde hace tiempo me rondaba por la cabeza hablar sobre el descanso. Como saben, los que ya nos han leído algunas veces, no sólo hablamos de outfits y tips de belleza, sino que nos interesan otras muchas cosas que pueden ser interesantes para el bienestar de las personas, y hoy voy a hablar un poquito de mi rutina antes de irme a la cama.
Con mucha más frecuencia de la que quisiéramos, tenemos problemas para conciliar el sueño, porque estamos preocupados y/o ansiosos, ya que muchas veces nos dejamos arrastrar por las emociones o situaciones que vivimos en el trabajo o en el seno de la familia. El hecho de no dormir lo suficiente nos hace levantarnos estresados al día siguiente, y así un día tras otro…
Cuando nos pasan estas cosas (que nos pasan a todos), lo normal es recurrir al médico y alá, pastillas para dormir…, yo me voy hasta luego!!! jeje, pero yo, como siempre busco diferentes alternativas para llevar una vida más sana, empecé con el yoga, y es genial.
El yoga es una práctica que implica meditación y se refiere a una tradicional disciplina física y mental que se originó en la India. Todos los tipos de yoga tienen un mismo objetivo común: la unión del cuerpo y la mente. Las posturas de yoga, llamadas asanas, son ejercicios de yoga que unen el cuerpo con la mente. Consisten en conseguir el equilibrio y la concentración en un punto, con una respiración adecuada.
Cuando practico yoga, al terminar las secuencias me siento en un estado de relajación total, con la mente calmada y sin tensiones en el cuerpo. Por ese motivo, desde hace ya un tiempo, antes de irme a la cama realizo estas posturas muy suavemente y así me garantizo el descanso adecuado y el sueño reparador que necesito, después una ducha bien calentita y duermo del tirón.
Hay que elegir un momento en el que se tenga cierta tranquilidad, por eso yo lo empecé a practicar por la noche. Lo normal, es que por las mañanas te levantes y empieces a “correr”, trabajo, niños, clases, comida, casa,… y yo, que soy una dormilona, prefería aprovechar los “cinco minutos más” y hacerlo por la noche. Al principio me costaba un poco, pero cuando coges el hábito y empiezas a sentir los beneficios en tu cuerpo sintiendo cada postura, tu respiración y la calma y la paz que experimentas, te enganchas como una boba. Sólo necesitas un pequeño espacio en algún lugar libre de distracciones, tranquilo, limpio y ventilado, y muy importante!!, ropa cómoda para que puedas mover todas las articulaciones del cuerpo con comodidad.
“Cuando encuentras la paz dentro de ti mismo, te conviertes en el tipo de persona que puede vivir en paz con otros”