Nosotros estamos durmiendo pero nuestro cerebro sigue trabajando… Está más relajado, eso sí, y sin la presión de estar actuando en la vida real, pero no se detiene. Sigue fabricando películas sin parar..
Dicen que cada una de nuestras noches están pobladas de esos sueños pero que nos los recordamos.Se quedan enterrados en nuestro inconsciente, como si fuera un secreto de nuestra mente. Pero… hay veces que el pícaro cerebro se decide a compartir su doble vida y nos deja ver que hace por las noches, cuando nosotros dormimos…
Cuando está enfadado, se descuelga con una pesadilla y un episodio de angustia totalmente gratuito . ¡Hay que ser cabroncete¡ Nos hace sufrir por algo que no está pasando. Si lo piensas con detenimiento, es como el más retorcido de los castigos que nuestra mente puede idear : pasar terribles miedos y desesperos, estando profundamente dormidos. O sea, sin que ocurran en realidad y, además, inventándose cosas absurdas y poniendo impedimentos irreales.
Ejemplos : te persiguen o debes correr velozmente para salvarte a ti o a algo y entonces, el cerebro que dice : “¡a ralentizar! ¡Qué este durmiente sufra un poco más!”. y tú, en tu sueño, corriendo con todas tus fuerzas pero sólo consiguiendo una extraña sensación de ir a cámara lenta ,sin avanzar. O , ese extraño salto al vacío-sin fin-en el que sientes ese vaivén en tu estómago , tipo montaña rusa.
Después está lo de los personajes que elige para la acción : personas que reconoces pero tienen el aspecto de otro , gente que no sabes quién es o no le ves la cara. Personas en las que es extraño que pienses o te relaciones… A su bola. Escoge con libre albedrío quienes van a poblar tus sueños …
La pesadilla siempre termina, porque es inevitable que te despiertes. Es entonces cuando te invade esa gran sensación de alivio . Gigante, como una ola, que se derrama por toda nuestra consciencia…. Tanto si te acuerdas del sueño o no, persiste una sensación de “desespero” seguida de una gran calma y alegría al darte cuenta que todo era una trastada de ese cerebro maquiavélico que te ha tocado en suerte.
No hay que olvidar que también nos fabrica “dulces sueños”. Episodios surrealistas o realistas, eróticos o bellos que nos hacen sentir reconfortados y no digo que sean los menos. Desconozco las juergas que se pega mi cerebro cuando duermo porque no suelo acordarme de mis sueños. Leves sensaciones al despertar que se desvanecen lentamente , sean dulces o angustiosas y, alguna vez, sólo alguna vez me regala un algo romántico o mi típica pesadilla de los exámenes orales en la Facultad ( y una variante que era, el mirar la nota). De esos, me acuerdo…
Del de lo mío con George Clooney, no. ; – )