viernes, febrero 21, 2014
SquadraEterna
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"Con el paso de los años, cuando escuchaba a Muhamed Ali decir que era el más grande, no podía parar de sonreír. El más grande fue Duncan Edwards"
Así de categórico se
mostraba uno de sus entrenadores en el United, el legendario Jimmy Murphy,
sobre el inglés que hoy, 21 de Febrero, hace ya 56 años que nos dejaba desde un hospital de Múnich. Aquel joven llamado a marcar una época, al igual que su equipo, el Manchester
United del gran Sir Matt Busby, principal rival por el cetro europeo del
Real Madrid, el de Di Stefano y compañía.
Pero todo se torcería unas semanas antes tras superar al
Estrella Roja. Los del United regresaban felices a Inglaterra con su pase a semifinales
en el bolsillo, durante el trayecto, el avión tuvo que hacer escala en
Alemania y tras varios intentos de despegue abortados, este se estrellaba. Junto
con Edwards, otros siete compañeros perdieron la vida en el acto y dos más tuvieron que
retirase a consecuencia de los daños sufridos. El desastre, obviamente, hundió al
equipo durante muchos años.
"He visto cómo muchos de los jugadores de su época han sido etiquetados como los mejores del mundo. Puskas, Di Stéfano, Gento, Didí, John Charles… Pero ninguno de ellos fue tan bueno como Duncan. No había nadie como él en todo el mundo y no ha habido nadie igual desde entonces. Era incomparable”
Desde bien niño Duncan marcó diferencias, ya en el equipo de su
pueblo con tan solo once primaveras se imponía y mandaba a sus compañeros, todos ellos cuatro años
mayores. Pronto llamaría la atención de varios clubes, aunque él lo tenía
claro, su objetivo era ser parte del plantel de Busby. Con 15 años ya formaba
parte de la plantilla juvenil y un año después, con tan solo 16 años y 183 días,
debutaba con el primer equipo, récord del momento que tardaría muchas temporadas en ser superado.
En sus comienzos, ya fuese partiendo del lateral o desde
el extremo, Edwards se mostró como toda una referencia, marcaba, hacia jugar en
corto o en largo y luchaba cada balón como si fuera el último. En tan solo tres cursos y medio llegó a los 100 partidos con los “Red Devils”. Junto a él, otros
grandes nombres, como su gran amigo Bobby Charlton. Nacía la leyenda de los “Busby Boys”.
Pese a ser un equipo joven y con poco gasto en fichajes,
gracias a su total apuesta por la cantera y la caza de talento desde muy
temprana edad, el equipo se hizo con el título de liga de las temporadas 55 y
56. Fue el primer equipo inglés en participar en la Copa de Europa, temporada 1956/1957, llegando a semifinales y solo superados por el Real Madrid. Este gran Manchester United causaría sensación en campos míticos como San Mamés por su fenomenal fútbol, o por sus goleadas,
como aquella victoria ante el Anderlecht belga por doce tantos a cero.
La siguiente campaña se veía como el asalto definitivo al
titulo continental, un equipo más maduro y con Duncan totalmente consagrado
y reconocido internacionalmente, buena muestra de ello fue el tercer puesto en el Balón de Oro
del 57, tanto por su juego con el United como por su paso por los “Pross”,
donde se convirtió en el debutante más joven, con apenas 18 años. Pero como contábamos antes, la desgracia también quiso participar, aquel accidente de avión acabaría
con el sueño de muchos y la vida de Duncan. Y es que ya lo dijo el gran Charlton, aquel vuelo nos dejo sin el que iba a
ser “el mejor jugador inglés de la historia”.
"Quizás la gente recuerde a Duncan como el mejor futbolista de Inglaterra. Nosotros solo podemos decir que era un buen hijo"
En solo seis temporadas como profesional y casi 190
partidos entre el club de Manchester y la selección, el mito de Duncan Edwards se apagaba, la pregunta de lo que hubiera llegado a ser siempre se ha mantenido viva, como sus logros colectivos, records personales e incluso su filosofía sobre el deporte rey, la que nos dejó en
un libro que el mismo escribió: “Tackle Soccer This Way”.
Un hombre que vivía por y para el fútbol, incluso en sus
últimos momentos y estando practicamente desahuciado, allí, crítico, preguntó cuando era el siguiente
partido. Enterrado en su pueblo natal con honores de jefe de estado y con más
de 5.000 aficionados mostrándole respeto. Solo nos queda su recuerdo y mientras este siga, Duncan Edward nunca morirá.
"Lo tenía todo. Era tan grande, tan fuerte, tan seguro y todavía tan joven... Desde el principio nos dimos por vencidos tratando de encontrar errores en su juego"
(Despedida de Sir Matt Busby)
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