Durante la invasión de Francia, los aliados habían imaginado que el ataque principal alemán se realizaría como durante la Primera Guerra Mundial, por Lieja y Namur. Era el mejor terreno para los blindados. Pero los alemanes decidieron atacar por el bosque de la Ardenas con un impresionante ejercito de un millón y medio de hombres y más de 1500 tanques.
El ataque alemán asestó un tremendo golpe a la parte más débil del frente defendida por solo 16 divisiones, cuatro de ellas de caballería, pasando la frontera francesa el 12 de mayo de 1940. En un rápido avance, al día siguiente cruzaron el río Mosa. El 15 sobrepasaron el resto de las defensas francesas que esperaban un gran ataque por la Línea Maginot. A esta velocidad los alemanes podría llegar a París en solo dos días.
Pero los alemanes tenían otros planes. Decidieron cambiar de dirección y dirigirse hacia el Canal de la Mancha recorriendo más de 80 kilómetros en un día. Las divisiones Panzer se dirigieron hacia Calais en un movimiento que partió en dos a las fuerzas aliadas. Calais y Bolonia cayeron en manos alemanas y solo Dunkerque disponía de un puerto que sirviera para la evacuación de las tropas británicas que acudieron en apoyo de Francia. Las Fuerzas Expedicionarias Británicas (BEF). Cuando las tropas de la Wehrmacht llegaron a los suburbios de la ciudad, todo dio un giro inesperado, tanto para los alemanes, que veían a los británicos aniquilados, como para los ingleses que tenían un respiro. Hitler dio la orden de detenerse. Los ataques se reanudaron el 25 de mayo.
Mientras la BEF se replegaba en Dunkerque, la Luftwaffe comenzó el bombardeo del puerto para dejarlo inutilizado. El 19 la Royal Navy se dispuso a comenzar el rescate de las tropas rodeadas y se solicitó a todos los dueños de barcos de recreo a motor que se pusieran as las ordenes del Almirantazgo. Había comenzado la Operación Dynamo, una operación desesperada para evacuar a las tropas que estaban arrinconadas en las playas antes de que los alemanes tomaran Dunkerque. Un papel importante en la Operación Dynamo fue el realizado por la RAF, que evitó que la aviación alemana destruyera por completo a la BEF.
A pesar de las bombas alemanas, el rompeolas seguía siendo útil, lo que permitió a los barcos más grandes rescatar a un buen número de soldados, mientras que el resto fue recogido a través de la playa por barcos más pequeños pilotados por los marinos civiles. Durante la operación se reunió una flota de 848 barcos de lo más variopinta. Barcos británicos, franceses y belgas, de todos los tamaños, desde destructores a yates y botes a motor.
Durante los ocho agónicos días que duró la evacuación se logró rescatar a 340.000 soldados, de los que dos tercios eran británicos. Prácticamente todo su arsenal y equipo quedó abandonado. 9 destructores fueron hundidos y otros 19 dañados.
La Operación Dynamo no se limitó solo a Dunkerque, entre Cherburgo, Brest, Saint Nazaire y Saint Maló se consiguieron rescatar a otros 220.000 soldados. Finalmente se logró rescatar a 560.000, pero solo en tres semanas el ejército alemán hizo prisioneros a más de un millón de efectivos.
Dunkerque fue una dura retirada pero los británicos lo celebraron como si fuera una victoria. Con el tiempo se vio que el rescate fue decisivo, pues se lograron salvar los soldados británicos más experimentados, que volverían cuatro años más tarde para liberar Francia.
Para saber más:
Las arenas de Dunkerque, de Richard Collier
Foro Segunda Guerra Mundial
La Segunda Guerra Mundial, ed SARPE
iHistoriArte