Termino mi tanda de dúos de verano con una combinación que es un clásico cada estío: no en vano, el azul marino junto con blanco dan lugar a propuestas navy que nunca pasan de moda. En el post de hoy veremos un vestido que tiene sus años (doce, para ser exacta) pero con el que me siento cómoda por más tiempo que pase. Junto a él, un sencillo maquillaje con su toque de azul marino pero muy ligero, perfecto para estos últimos días de verano.
Vamos a verlo!
1. El look.
Como os decía en la entradilla, es una propuesta ligera pero favorecedora gracias a tres puntos principales:
- Destacar la luminosidad de la piel, que mantiene el bronceado sin estar exageradamente morena.
- Dar un aire juvenil a las facciones gracias al uso del rosa intenso (pero no fucsia) en mejillas y labios.
- Aplicar un toque de azul, para combinarlo con la propuesta de ropa.
De este modo, y empezando por los ojos, tenéis un maquillaje del que he abusado estos días de calor por su rapidez y capacidad de favorecer a un tiempo. Sobre el párpado igualado rápidamente con corrector y/o una sombra piel, he aplicado un delineado a ras de pestañas superiores en color negro. También aplico el negro en la waterline, para rasgar el ojo. Para delinear el ojo y marcar la waterline he usado un tandem de L'oreal que me funciona muy bien y del que os hablé en este post. Y, en las inferiores doy el toque de azul. Dado que el look es bastante sencillo, recurrí a un azul eléctrico en lugar de marino, para darle más protagonismo. En este caso se trata del lápiz metálico de Deborah que tanto me gusta y que os presenté aquí. Finalmente apliqué máscara de pestañas, también de L'oreal a ras de pestañas superiores. En las inferiores, para seguir jugando con el azul, no la apliqué negra, sino azul de nuevo. Para ello utilicé una máscara de Kiko.
Del modo en que antes os contaba, creo que la fuerza del look está también en piel, labios y mejillas. Éstos últimos están destacados en un rosa algo intenso pero sin llegar a ser fucsia, sino más bien tirando a rojizo. El colorete es el Granada de Springfield y el labial es un Glam Shine de L'oreal en el tono 915 - casualmente su nombre es también alusivo al fruto: "locura de granada". Deja un acabado jugoso y un velo intenso de color, pero sin sobrecargar.
El resto de productos (broncer, iluminador, base...) los tenéis en la imagen:
2. El vestido.
Ya les he contado algo más arriba que este vestido tiene la friolera de 12 años. Además de gustarme (es comodísimo,de algodón y se adapta perfectamente: no tiene ni cremalleras ni costuras apenas, sólo un elástico en la parte del pecho en que es palabra de honor) me trae muy buenos recuerdos. Lo compré en mi primer destino profesional, que fue Córdoba y es una época en la que empezaba a ser independiente y por eso la recuerdo con muchísimo cariño. Es de Blanco. Lo acompañé con complementos sencillos: unas sandalias que les enseñé en un haul de principios de verano, y un collar de Rosewholesale que les mostré aquí. Y esto es todo, una propuesta que no pasa de moda y con la que estoy cómoda siempre. ¡Espero que les haya gustado! BESOS!!