Cuando hablamos de este tipo de tratamientos nos referimos a tratamientos no invasivos. No suponen ninguna alteración para el organismo de la embaraza o el desarrollo del feto, es más, todo lo que pueden aportar son ventajas.
Se incide mucho en el cuidado de la alimentación de la gestante, en la necesidad de que haga ejercicio de forma continuada y de que no cometa excesos, pero muchas veces se deja de lado la parte que tiene que ver con su bienestar en lo que se refiere a mimarse y cuidarse, dándose esos caprichos que son de hecho necesarios y beneficiosos para tener un buen embarazo.
Estos tratamientos permiten ciertos beneficios a las embarazadas
Tratamientos como los masajes linfáticos o las vendas frías van asociados a la belleza, al querer lucir un buen cuerpo, y aunque en parte es así, la verdad es que sus ventajas están mucho más relacionadas con el área de la salud y el bienestar físico, especialmente para las embarazadas.
El drenaje linfático es de hecho uno de los tratamientos más recomendables para las mujeres en estado.
Es un masaje terapéutico que activa el sistema linfático superior eliminando los líquidos y moléculas evitando que se estanquen y mejorando la circulación hacia los ganglios. Se realiza con una técnica manual muy suave y que resulta muy relajante. Por todo ello es ideal para la embarazada y está totalmente recomendado para las piernas hinchadas o cansadas. No hay que olvidar que uno de los problemas de las gestantes es la retención de líquidos, con este tratamiento se elimina la hinchazón devolviendo los líquidos al torrente sanguíneo. Además sirve para eliminar toxinas mejorando el aspecto de la piel y refuerza el sistema inmunológico.
Vendas frías
Junto al drenaje linfático otro de los tratamientos beneficiosos son las vendas frías, es bueno combinar ambos para lograr unos mejores resultados. Las vendas frías están más enfocadas a la reafirmación corporal, modelando el cuerpo. Pese a que se utilizan para reducir la celulitis y eliminar grasas localizadas tienen un efecto de drenaje eliminando toxinas. Las vendas se impregnan en un gel criógeno, la piel queda expuesta al frío lo que provoca una mayor irrigación sanguínea y un mayor metabolismo de las grasas. Tras un tiempo expuesta, la piel se presenta más lisa y tonificada. Para las mujeres que sufren con sus piernas, especialmente en verano, es uno de los tratamientos más efectivos. La mujer podrá notar la mejoría de forma inmediata y tras varias sesiones notará como sus piernas responden mucho mejor.
Existe también la posibilidad de que la mujer embarazada reciba los tradicionales masajes, habrá que tener cuidado en no estimular la zona del abdomen pero si se practican en la espalda y el cuello aliviarán notablemente las molestias de esta área, una de las más castigadas durante la gestación.
Todos estos tratamientos aunque beneficiosos, no suplen la necesidad de realizar ejercicio de forma continua y moderada. Caminar o nadar todos los días, combinado con una sesión de masajes a la semana es la mejor forma de mantener el cuerpo en perfecto estado.