Dice un antiguo proverbio chino que el leve aleteo de las alas de una mariposa se puede sentir al otro lado del mundo, algo así como una acción en el futuro que cambia un hecho del pasado y por ende varía la nueva realidad de espacio y tiempo. Jugando con este razonamiento y la posible apertura de un agujero de gusano por el que la materia puede desplazarse de un tiempo a otro y de un espacio a otro muy diferente el director español Oriol Paulo construye un film de suspense con asesinato e investigación criminal incluido que sorprende por su gran cantidad de giros y sorpresas que mantienen en vilo al espectador. Esto ya la había practicado en sus anteriores trabajos, El cuerpo y Contratiempo, pero en Durante la tormenta lo combina con la ciencia-ficción con una protagonista que viaja entre dos épocas diferentes conservando algunos recuerdos y perdiendo muchos otros.
Adriana Ugarte está magnífica interpretando a una enfermera que se olvidó de su carrera como neurocirujana para concentrarse en criar a una hija a la que adora y por la que haría cualquier cosa, como enfrentarse al destino y no rendirse cuando todo le viene mal dado. Su matrimonio ideal es solo una fachada, su vida solo es un reflejo de lo que podría ser si algo hubiera cambiado. Un niño será en responsable de que esto suceda, de que viva otra vida distinta con resultados no del todo satisfactorios y de que su hija sea un vago recuerdo que nunca nació.
Dos épocas distintas que se solapan, dos viajeros que sobreviven y se comunican a través de un viejo televisor y una cámara de video, esta vez no es una vieja radio como en Frequency, en una noche en la que una rara tormenta geomagnética obra el milagro por dos veces. Entre medias unos años que todos recuerdan de diferente manera y un crimen que nadie investigó y que se quedó sin resolver.
Este tipo de películas necesitan un guion muy trabajado ya que los errores pueden notarse más facilmente, necesitan que todo encaje a la primera y no queden cabos sueltos que enmarañen el resultado final liándonos a todos y en esto Durante la tormenta sale muy bien parada porque no encontramos grandes fallos o minúsculos detalles no explicados. Todo tiene una explicación, racional o no, todo funciona como un reloj en un engranaje que nunca se para o emite una nota discordante.
Los movimientos están perfectamente sincronizados y señalados en cada una de las vidas paralelas que se entrecruzan la noche menos pensada y en el lugar más común, una urbanización privada que recuerda a la Cuesta Verde de Poltergeist pero con familia española. El director recurre a guiños de la filmografía norteamericana ochentera, como el adolescente tocando la guitarra a lo Marty McFly, investigando un crimen en la casa vecina, como el Charlie Brewster de Noche de miedo o el Ray Peterson de No matarás… al vecino o de la música del momento como algún tema y camiseta de Transivision Vamp o cassettes de la estrella del pop Cyndi Lauper con la que relacionamos al grupo de aventureros adolescentes de Los Goonies.
Habrá quien prefiera entretenerse desenredando el ovillo de lana que es la vida de Vera Roy, buscando significados y soluciones a su recién nacido problema o simplemente siguiéndola en su cruzada de salvad a su hija. Conocerá a un desconocido inspector con buenas intenciones y a una escritora con el rostro de Belén Rueda que aquí camea unos pocos minutos soltando una teoría científica que nos vende como verdadera. Los maridos tramposean con la realidad y las compañeras no son tan buenas amigas como parecen. Habrá otros que se interesen por el caso inconcluso, con un asesino con nombre y apellidos que se deja pistas olvidadas y que se arma con grandes cuchillos ensangrentados pero sin máscara de Halloween o una motosierra con la que desmembrar cadáveres amados.
Para unos o para otros, aficionados de historias detectivescas o imposibles de imaginar, va dedicado Durante la tormenta que por ahora parece el mejor trabajo de este director con papeles y vidas dobles bien conjugadas y una instantaneidad sin truco. Lo que podría ser una serie se convierte en 130 minutos de En los límites de la realidad con final cerrado y puerta enclavada en la pared que lo aleja de todo aquello en lo que antes se había fijado.
Sí, seguramente pienso lo mismo que vosotros, diciembre comienza a ser un mes propicio para un tipo de producciones patrias con largo metraje y un más que aceptable presupuesto dirigidas a colarse en la cartelera navideña para competir con las superproducciones americanas, véase la ultimísima de Disney o la próxima aventura submarina de Aquaman. Durante la tormenta es una de estas pero no será la ultima a tenor de experiencias anteriores.