Revista Viajes

Durmiendo en el aeropuerto

Por Bbecares

¿Alguna vez habéis dormido en un aeropuerto? Si sois muy viajeros o si alguna vez habéis viajado conmigo, seguro que sí. Para los viajeros los aeropuertos y estaciones de tren y de autobús pueden ser lugares tan cómodos como la cama del hostal, es cuestión de acostumbrarse.

aeropuerto
Si me toca pillar un vuelo temprano, como el que tengo mañana a la Isla de Borneo (por lo que he visto, debe ser tan grande como España en tamaño, ya os diré) prefiero dormir en el aeropuerto que dormir en una cama, madrugar mucho y hacer todo el trajín de maletas y transportes recién levantada. También os digo que cuando yo decido dormir es que tengo mucho sueño y en ese momento puedo dormir en cualquier lado.

Los aeropuertos internacionales son lugares que siempre hay mucha gente en movimiento. Parece que nunca llega la noche en estos lugares. Y me gustan porque ves gente de muchos países y con muchas vestimentas distintas. Ahora por ejemplo tengo a unas chinas al lado echándose una mascarilla blanca en la cara de estas típicas de las películas americanas. Sólo le falta ponerse dos rodajas de pepino en los ojos.

Hay aeropuertos pequeños que no abren por la noche. Y otros que abren pero sólo una pequeña parte.

La primera vez que me propuse dormir en el aeropuerto fue en Suiza, en Ginebra. Estaba con un novio que tuve y teníamos un vuelo muy temprano a Cerdeña y no había manera humana de llegar al aeropuerto desde Lausanne a esas horas (había taxi claro, pero el precio de ese taxi en Suiza sería de una cantidad impagable para un estudiante de erasmus). Y resultó que el aeropuerto estaba cerrado por las noches. Así que dormimos en una galería comercial cerrada con unos pocos indigentes. Un poco surrealista. Pero en un país tan rico como en Suiza estos indigentes son de alto standing, ya que reciben del gobierno mucho más de lo que la mayoría de los españoles ganan al mes.

Para volver desde Cagliari, tampoco había transporte para llegar al aeropuerto tan temprano (el vuelo había sido baratísimo, es lo que hacen las ‘low cost‘ cogen horarios feísimos para los vuelos). Allí sí podíamos dormir en el aeropuerto. Nos dijeron que no podíamos salir de una pequeña parte de este y resultó que estábamos solo nosotros dos y un señor que no hizo más que pasear toda la noche.

Luego está el aeropuerto de Barcelona que tiene la curiosidad de que, a partir de las 4 de la mañana la policía vienen dando el toque a los viajeros, porque a esa hora ya no puedes tumbarte en el suelo. Entonces puedes estar sentado en el suelo con todas las piernas estiradas y todo, pero si te da por bajar la cabeza hacia tu mochila usándola como almohada, eso ya es estar tumbado y ya no se vale. ¡Ah amigo, las reglas son las reglas, aunque sean absurdas!

La mejor noche de aeropuerto fue con uno de mis mejores amigos cuando íbamos a Polonia. Escogimos el mejor rincón de todo el aeropuerto de Barajas para que no nos molestaran los ruidos (ya os digo que en los aeropuertos interncacionales siempre hay mucha gente). Montamos nuestro ‘chiringuito’ con sacos de dormir y todo perfecto. Hasta que un hombre borracho decidió que le apetecía molestarnos. Así que allí se tumbó cerca de nosotros y empezó a darle (yo creo que lo forzaba) arcadas. Estoy convencida que lo hacía para molestar, porque como no nos movíamos de allí (yo tenía mucho sueño no me podía ni mover) cada vez que yo abría un ojo, lo veía más cerca de mi amigo.

Nos dio la noche, pero bien. Eso sí, todo lo que nos reímos durante el viaje, haciendo bromas de lo ‘pardos’ que somos por no haberle dicho nada….


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