El mercado del libro ha sabido mantener el tipo ante la vorágine digital que ha trastocado otros mercados tradicionales como el del disco o el video, muertos por la propia avaricia empresarial. Por una sencilla razón, el lector clásico ama el olor a papel y el sentir el tacto al pasar las hojas. Sin embargo, las nuevas generaciones pegan fuerte, y el toque mágico de Apple ha hecho que los lectores de ebook entren en el panorama cotidiano. La empresa de la manzana, como de costumbre, ha aportado un nuevo gadget, el Ipad, que ya existía en el mercado, vendiéndolo a un precio más caro, pero eso sí, con una imagen y un marketing exquisitos.
La venta de tabletas y ereaders, como el Kindle de Amazon, demuestran la buena salud del mercado, pero parece que la industria editorial no se da cuenta de este potencial mercado y se permite vender la versión ebook casi al mismo precio que la versión en papel, a pesar de no tener casi gastos de edición ni de distribución. Por estos pasos comenzó la industria del disco, y así se les va. Esta práctica anticomercial vuelve a demostrar que el ser humano es capaz de chocar infinitas veces con la misma piedra.alfonsovazquez.comciberantropólogo