E l l a

Ella no entiende de distancia, de cultura, de manías ni de costumbres. Ella se ríe a carcajadas del señor Tiempo.

A ella nunca se le espera pero sin embargo, siempre es bienvenida. Es la anfitriona perfecta y la inquilina ideal.

Ella no llama a la puerta, si no que intenta colarse en casa en algún despiste tuyo para sorprendente cuando menos te lo esperes, a sabiendas de que casi nunca lo consigue.

Ella nunca llega con las manos vacías, al contrario. Siempre viene cargada de maletas llenas de experiencias y unas ganas insaciables de compartirlas contigo.

Ella no teme ni es temida. Todos la quieren pero nadie la busca. Porque ella sabe el momento exacto en el que debe llegar. Nunca le gustó que le pusieran hora...

A ella le gusta esconderse en los lugares más inesperados pero sabe de sobra que siempre la acabas encontrando. Quien la conozca, ya sabe de qué hablo.

Ella no exige. Y si algún día te exige, cuidado, porque entonces estarás empezando a perderla.

Ella enseña y aprende. Ríe y llora. Habla y escucha. Suma casi a la perfección pero nunca aprendió a restar.

Ella es sueño y realidad. Presente y futuro. Adora el pasado casi tanto como lo haces tú, pero sabe que el porvenir puede traer cosas aún mejores.

Si algún día tienes la inmensa suerte de recibir su visita, cuídala. Cuídala bien. Porque te aseguro que el camino a su lado es absolutamente alucinante.