
Sinopsis: (traducción personal)
En la nueva comedia romántica de época de Alexandra Vasti, la vida de un conde solitario da un vuelco cuando una desconocida aparece en su puerta con una propuesta asombrosa y una incómoda conexión con el espionaje.
La discreta heredera Lydia Hope-Wallace ha escrito panfletos subversivos de forma anónima durante tres años. Y durante casi el mismo tiempo, ha mantenido correspondencia con el conde de Strathrannoch, cuya ambición política solo es comparable a su encanto. Cuando la última carta de Arthur revela su precaria situación financiera, Lydia parte hacia Escocia para ofrecerle la única salvación que se le ocurre: un matrimonio de conveniencia. Con, ejem, ella misma.
Por desgracia, el conde de Strathrannoch no tiene ni idea de quién es ella.
Cuando una cautivadora pelirroja desconocida le ofrece su mano, Arthur Baird queda atónito; pero cuando descubre que su hermano traidor le ha estado escribiendo haciéndose pasar por él, se enfurece. Se conforma con vivir solo en su castillo en ruinas y no desea una esposa provocadora ni radical. (O al menos, no debería).
Pero Arthur está desesperado por encontrar a su hermano, involucrado peligrosamente con el espionaje británico y necesita la ayuda de Lydia. ¿Qué es lo que no necesita? La atracción que crece con cada instante que pasan juntos. A medida que Lydia logra traspasar sus defensas y el misterioso pasado de su hermano se convierte en una amenaza muy presente, Arthur tendrá que arriesgarlo todo para protegerla, incluso su propio corazón.
Opinión personal:
El conde «flechazo» como podríamos traducir el título representa muy bien la relación romántica entre Lydia, personaje secundario de la novela anterior, y el conde Strathrannoch.
Lydia es una mujer independiente, principalmente por el dinero que tiene como rica heredera y, también, por la resolución que la impulsa a seguir sus deseos, aunque para ello deba engañar a su propia familia. Y moderna, por lo que anónimamente defiende y busca la aprobación y modernidad de las leyes británicas publicando ciertos panfletos conflictivos.
Arthur intenta ser el típico genio, incomprensible que, además, ha tenido la mala fortuna de ser el primogénito; heredar un condado —con una economía pésima dada la gestión de un padre malo/malote— que le interesa más por la gente a la que tiene que intentar sacar a delante que por el título en sí. Vive como un verdadero ermitaño, en un castillo que casi está en ruinas y rodeado por una pareja de homosexuales que son su verdadera familia.
Su hermano es un secundario con mucho peso en la historia: no tan solo será protagonista de una trama secundaria, sino que es la figura que motiva la llegada de Lydia a su decrépito castillo.
La novela empieza muy bien. Con ciertas escenas un poco peculiares —tal como explica la propia autora, a veces la realidad, supera la historia e, incluso, se refrenó por miedo a que todavía pareciera más inverosímil— y, busca esa parte graciosa en los primeras interacciones de los protagonistas.

Sobre los personajes, poco destacable. Prometían mucho, pero se desarrollan poco. Arthur se queda cojo entre un intelectual musculado, pobretón y amigo de sus amigos, pero que al final se queda en un poquito cobarde.
Lydia me ha parecido demasiado todo. Lo siento, pero creo que a la autora se le ha ido un poco la mano con tanta modernidad de comportamientos. Que soy la primera que admite que en aquellos tiempos muchas mujeres rompieron moldes y que, gracias a ellas, en ciertas partes del planeta, las mujeres gozamos de más o menos igualdad; pero insisto en que las cosas, ideas y acciones hay que contextualizarlas y modernizar a los personajes metiendo comportamientos contemporáneos en plena regencia sin ningún tipo de problemática, no me convence.
Eso sí, admito que ahora están de moda este tipo de protagonistas. Cosa que no hace la novela romántica histórica más interesante, simplemente, menos coherente. Las grandes de la novela nos han enseñado una y otra vez que se pueden crear protagonistas fantásticas sin perder ni un ápice de rigor.
Dicho todo lo anterior. Para mí lo mejor es ese toque de humor presente en algunas escenas, sobre todo las del principio, luego ya lo pierde un poco… y esa investigación que se va amasando a lo largo de la novela y que provoca que los protagonistas tengan que compartir tiempo y otras cosas.
En un conjunto, es una novela entretenida, como tantas otras, que me ha desilusionado un poco ya que ha empezado con muy buen pie; pero que os puede gustar si no sois tan tiquismiquis como yo.
Mi inglés es limitado, pero con esta autora me resulta fácil leer y la entiendo bastante bien con poco diccionario. Eso no es algo que, para mí, sea positivo, aunque sí útil. Emplea lenguaje sencillo y asequible para las que queráis empezar en idioma original.
Datos de interés: Ficha de la novela - Ficha de la autora - Web de la autora
Pepa
