Un retrato autobiográfico de los tempranos días de McCartney con Lennon, iniciando su amistad y la sociedad autoral más fantástica del último medio siglo.
McCartney plantea una cierta añoranza de esos días, aunque dice que no le creerían si dice que ha superado aquellos tiempos. Sin embargo, el tema deja bien en claro la honda huella emocional que aún tienen, a través del vívido retrato que McCartney deja de sus andanzas con John como compinche, recorriendo la ciudad, escuchando sonidos que estaban destinados a recordar, visitando las tiendas de discos y peinándose como los que allí aparecían en la fotografías de las paredes, soñando con ser compositores y más.
También tiene un párrafo para los que opinan acerca de sus vidas, diciendo quién hizo esto o aquello, sin entender cómo pueden recordarlo si ellos no estuvieron allí.
El tema tiene aires country, McCartney se vale casi exclusivamente de su guitarra y una voz cercana a los discos de los artistas de USA que escuchaba por aquel entonces, por medio de la radio o por medio de los pocos discos que llegaban a la Inglaterra de mediados de los '50.
Una de esas piezas que resultan preciosamente acabadas, aunque el tono general tenga algo de la rusticidad del country en que se inspira y que hasta el momento no ha tenido su tiempo en los escenarios, pero que merecería incorporarse, por ejemplo, haciendo trío con Blackbird y Here Today en los conciertos de McCartney.
El video hace, en palabras de su director, Vincent Haycock, un homenaje poético a los legendarios comienzos de la relación entre Paul McCartney y John Lennon, una idea inspirada en el encuentro casual de ambos en 1957. En lugar de ambientarlo en la Parroquia de Woolton, Liverpool, lo lleva al sur de USA, con el encuentro de dos muchachos negros que comienzan a tocar juntos.
Un camión en el sur de USA como el que servía de escenario ...
... a The Quarrymen en 1957
Jóvenes músicos ...
... juntándose para tocar
Las escenas fueron filmadas en Natchez, Mississippi y Faraday, Louisiana, en tanto que McCartney grabó sus partes en Los Angeles, California. Al final se puede ver una jam session con McCartney y otros músicos, entre los que aparece haciendo un cameo, pero también tocando, Johnny Depp, un habitué de los clips de McCartney [al menos aparece también en My Valentine, donde también participa tocando y en Queenie Eye, junto a muchos otros famosos].
La zapada [fotografía que no pertenece al clip]
con Johnny Depp incluido
Aquí les dejamos el clip
Muy interesante la estética en blanco y negro que le confiere un tono más documental, más intimista y más de época.
Al parecer también hay alusiones a los otros integrantes de la banda, incluso al malogrado Stu Sutcliffe, o al menos eso parece sugerir.
Un tema importante dentro de la obra creativa de McCartney que, a pesar de ser muy simple musicalmente, es muy penetrante desde el punto de vista emocional y que, a la vista de esta interpretación visual del director, se convierte en algo más universal, en un episodio que puede estar ocurriendo en cualquiera de los rincones del mundo.
Una joyita musical y fílmica, para disfrutar a pleno.
Nos encontramos pronto