Previsto su estreno en el pasado Festival de Cannes, suspendido por la fatídica pandemia del Covid-19, la última película del famoso estudio de animación japonés Ghibli quedó en un terreno de nadie que la ha ido silenciando hasta su estreno ahora en salas españolas. Earwig y la bruja, primera cinta realizada por la productora nipona en animación 3D, no había sido acogida con gran agrado por la crítica y público que había podido acceder a ella. Muchos no entendían cómo los creadores de obras maestras de la animación tradicional como El viaje de Chihiro o La princesa Mononoke habían permitido esta aparente traición a sus principios y visiones.
Goro Miyazaki, director de la película e hijo del fundador y gran representante de Ghibli, Hayao Miyazaki, coge el relevo de sus grandes maestros con la intención de llevar al estudio un paso más allá. Earwig y la bruja comienza con una persecución en cuya planificación queda patente la marca de sus realizadores. Hay un cierto misterio en sus imágenes, una concepción de personajes que remite a los que han plagado su filmografía. La movilidad de los objetos o los detalles, ese coche que persigue a una moto, su zigzagueo, el movimiento del pelo de la motorista o el plano que lo observa, fácilmente podrían verse trasladados a su animación tradicional. Pero no, en esta ocasión la magia de Ghibli y su fascinante línea de dibujo han dado paso a una animación digital que, más allá de proponer un experimento interesante, no logra explotarse en su totalidad.
En una época en la que la animación 3D ha alcanzado cotas de detallismo y calidad inimaginables hace apenas una década (ahí están los ejemplos de Pixar o DreamWorks Animations), Ghibli parece ir un paso por detrás y presentarnos con Earwig y la bruja el experimento que estos estudios norteamericanos realizaron hace ya más de 15 años. La animación, aunque técnicamente aceptable, resulta mucho menos dinámica de lo que debería. Además, en muchas ocasiones, las escenas parecen más un boceto que un trabajo detallado y exprimido al máximo. Aun así, es interesante comprobar la traslación de ciertas ideas de la animación tradicional de sus creadores al mundo 3D. El ritmo, la planificación más estática, los silencios y pausas más prolongadas de lo habitual o el diseño fantástico de sus personajes, proporcionan los mayores placeres de la película.
Sin embargo, la sensación de que estamos ante una prueba más que ante una película completa, viene de su lado narrativo y argumental. Earwig y la bruja parte de una trama muy sencilla que apenas sabe desarrollarse. Earwig es dejada en un orfanato nada más nacer. Hija de una bruja, vive feliz en St. Morwald rodeada de sus amigos. Pero un día, Bella Yaga y la Mandrágora visitan el orfanato disfrazados de padres adoptivos. Junto a sus madre, estos dos brujos formaban un grupo musical que Earwig descubrirá. Trasladada a su domicilio, la pequeña comenzará a investigar una enorme casa repleta de habitaciones invisibles, pociones y libros de hechizos, con magia en cada rincón.Sin mucho más que lo que estas líneas describen, la película se centra mayoritariamente en un espacio cerrado, muy pequeño, donde apenas cuatro o cinco escenarios (no especialmente llamativos) construyen un leve argumento que nunca llega a tener el fin satisfactorio que se le exige a Ghibli. No se entiende muy bien su llegada a la casa. Ni la relación de la música con los personajes. Ni el papel casi inexistente de la madre. Como todo experimento, Goro parece más interesado en buscar nuevas formas de trasladar la esencia del estudio a lo digital, olvidándose de que parte de ella estaba en las tramas.
Cierto es que es muy interesante la posible visión acerca de los maestros y aprendices que el cineasta ofrece, casi como un espejo de su vida. Earwig debe aprender a ser bruja junto a Bella Yaga y la Mandrágora, del mismo modo que Goro Miyazaki tuvo que aprenderlo junto a su padre y el otro gran maestro de Ghibli, Isao Takahata. En este sentido, la lectura de ruptura y avance de las lecciones es más que reseñable.Pero, por desgracia, todo queda a medio camino. La película, aun siendo muy corta, sufre de un ritmo muy mecánico. Las escenas y situaciones se repiten sin un claro objetivo. La animación no destaca especialmente, siendo demasiado lenta para niños, y excesivamente infantil para los adultos. Probablemente Ghibli pueda ofrecer cosas interesantes en el terreno de la animación 3D, y más allá de los que muchos seguidores proclaman, no es una traición intentar abrir nuevos caminos para un estudio cuyos fundadores han ido desapareciendo o están al borde del retiro. Earwig y la bruja es un primer paso para aunar el espíritu de siempre con nuevas visiones que puedan ofrecer los futuros creadores como Goro Miyazaki. Pero como decía, es solo eso. Un primer paso al que le queda mucho que matizar.
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- ##check## Lo bueno
- La continuidad de cierto espíritu en sus planos, diseños de personajes o ritmos internos.
- ##times## Lo malo
- Que se sienta más un experimento que una película en sí.
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- Ambientación 5.5
- Aunque tiene detalles interesantes, no llega a ser muy llamativa por su decisión de encerrarse entre cuatro paredes que no dan mucho juego.
- Desarrollo de Personajes 5.0
- No logra entenderse muy bien que desarrollo quieren tener los personajes. Ninguno tiene un objetivo claro y, por lo tanto, nunca llegan a progresar.
- Argumento / Guión 5.5
- A pesar de sentirse como un reflejo interesante del cuento maestro/aprendiz, el argumento es flojo. Nunca logra tejer una trama que tenga un verdadero desarrollo.
- Banda Sonora 7.0
- Buena, de lo mejor de la película. Las canciones del grupo que formaban las brujas de la película ofrecen una cara divertida y pegadiza.
- Entretenimiento 6.0
- No es excesivamente entretenida. Quien la observe desde su lado más experimental, puede encontrar un visionado agradable, pero su ritmo nunca llega a despegar.
- Montaje / Innovación técnica 6.5
- El montaje es interesante, pues parte de una animación más tradicional y una concepción de los tiempos internos diferente a la que acostumbramos a ver en la animación digital. Pero a su vez, la animación se siente algo primitiva todavía. Tiene camino para avanzar.
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- Puntuación Total 6 / 10
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