Éccola Restaurante & Club.

Si echo algo de menos de vivir en Madrid es la oferta gastronómica y de ocio que ofrece la capital. Multitud de Restaurantes y Bares ofrecen menús, ambientes y calidades para todos los gustos. Sin embargo, hay pocos establecimientos que ofrezcan todo en un solo espacio.

Éccola se autodefine como Restaurante & Club, pero es mucho más que todo eso… Puedes pasar de estar cenando tranquilamente a estar tomándote cócteles con un ambiente animado y luz tenue casi sin darte cuenta.
Tuve el placer de cenar allí en mi pasada visita a Madrid, y tengo claro que no será la última vez que me deje caer por allí. En esta ocasión, debido al lleno completo previsto para esa noche, cené desde la barra, lugar que tampoco está nada mal si te gusta disfrutar del contacto directo de los bartenders y  la gente que va llegando...

Comenzamos con un pequeño entrante de Vichisua con trufa, muy ligero y que en seguida nos abre el apetito. Pero no hay problema, pues el servicio es muy rápido y atento, y antes de que puedas dejar ese minúsculo vaso de tuvo ya está llegando lo siguiente…


Croquetas de jamón caseras -y muy buenas- y jamón Ibérico de Bellota, que como su pinta indica estaba realmente exquisito.
Mientras disfrutaba de mi cena degustaba un suave vino blanco del que no recuerdo su nombre, pero que me recomendaron de forma muy acertada.

Llegamos al que fue el plato central para mí esa noche: Tartar de Atún Rojo del Mediterráneo, con una cama de aguacate. Ahí donde lo véis cundía mucho y en la boca era realmente una mezcolanza de texturas y sabores. Muy recomendable este plato.

Se nota que el sitio está de moda en Madrid. Grupos de amigos, compañeros de trabajo o ejecutivos recién salidos de la oficina se dan cita allí para disfrutar de un ambiente cuidado, acogedor y selecto.

Como no me apetecía tomar postre y no dejaban de pasar por mi lado cócteles y copas como las que podéis ver sobre estas líneas, decidí pedirme yo otro y con eso tratar de bajar los manjares que acababa de degustar…

Fui simple y directo: Un Margarita por favor!
Poco después y puesto que no quería liarme demasiado esa noche porque al día siguiente me esperaba un recorrido sastreril por Madrid, decidí irme al Hotel, no sin quedarme con ganas de seguir disfrutando la noche en Éccola.