Esta es la segunda entrega de “Ecofeminismos latinoamericanos”, una serie de 10 post en los que voy a publicar el perfil de distintas organizaciones que en la región de América Latina conjugan la lucha por los derechos de las mujeres con los derechos de la naturaleza.
Al final de este artículo les dejaré en enlace a la publicación anterior, donde reseñé la experiencia del grupo chileno Con-spirando.
En esta ocasión, es el turno de la EcoRed feminista mexicana “La Lechuza Buza”. Aunque desconozco en que año se crea esta organización, la misma se ha trazado cuatro objetivos: 1) la difusión de contenidos multimedia y multi-formato sobre sustentabilidad y ecofeminismo crítico; 2) actividades de formación y sensibilización sobre dichas temáticas; 3) la promoción del uso de productos ecológicos y de bajo costo; y 4) el fomento de prácticas y proyectos sustentables integrales e intergeneracionales, tanto a nivel individual como colectivo.
Actualmente, la EcoRed está constituida por 11 integrantes. Ellas son: Alicia Andrades (palabarista y traductora), Emilia Almanza Towgood (filósofa política), Karla Helena Guzmán Velázquez (geógrafa y educadora popular), Cristina Solórzano Ruiz (psicóloga clínica), Anax Isabel Sorcia (comunicóloga), Anahí Estudillo (antropóloga), Pacha’s Wam (geógrafa), Ale Collado (comunicóloga), Jesika Romero (estudiante de historia), Karla (activista comunitaria), y Martha (psicóloga).
Como toda red, articula diferentes iniciativas de otros grupos y colectivas mexicanas, como las siguientes:
- La crecida – Bajo el lema, “¡todas tenemos el derecho a una menstruación digna, libre, saludable y ecológica”, el grupo aborda un tema tabú tanto para las mujeres, como para la sociedad en general, a saber, la salud menstrual: tomar conciencia del cuerpo y de la vida, aprendiendo nuevas formas de conocerse y cuidarse a sí mismas.
- Ecología y feminismo – Fomenta la producción agroecológica como una forma de contrarrestar los impactos ecosistémicos generados por el modelo agroindustrial, al tiempo que promueve la mejora en el cuidado de nuestros cuerpos (a través de una alimentación sana). Además de actividades formativas como talleres y cursos, esta iniciativa trabaja cuatro áreas: economía sororaria, comercio justo, ecofeminismo y algo llamado gyn-ecología natural (asumir el cuerpo de la mujer desde una perspectiva igualmente ecosistémica).
- La.B.azar – Un proyecto de economía solidaria, experimentando nociones de convivialidad, apoyo mutuo y autocuidado colectivo.
- Co-Cu, Colectiva Cuerpa – Organización sin fines de lucro que trabaja, a través de diversos talleres, temas como sexualidad, corporalidades, violencia, etnicidad, anticapitalismo, feminismo, afectividades e interseccionalidad (el combinar las luchas contra las opresiones por motivos de clase, género, etnia, etc.).
Finalmente, una mirada a la labor formativa de la EcoRed me permite apreciar una dedicada labor en el tejido de lazos de sororidad, la práctica del escrache y el arte urbano como forma de denuncia pública y política, mapeo de organizaciones en México, discusiones sobre la idea de amor romántico, y -entre otras actividades- un cliclo de estudio político-feminista a través de la lectura, comentario y debate de textos de conocidas feministas a nivel internacional, como Rita Laura Segato, Francesca Gargallo, Silvia Federicci, María Lugones y Julieta Paredes, por nombrar sólo algunas (teóricas, todas, que recomiendo fuertemente).
Lea también:
Ecofeminismos latinoamericanos (I): Con-spirando
Amor líquido
Feminismo: ¿igualdad o equidad?