Qué es la ecología? ¿Para qué sirve la ecología?
Cuáles son los vínculos entre la ecología, la protección de la biodiversidad, la lucha contra el calentamiento global y la protección del medio ambiente? Cómo entender el doble sentido del término, científico y político?
Definición de ecología: una sola palabra para una doble realidad
La ecología, en el sentido primario del término, es una ciencia cuyo objeto es el estudio de las interacciones de los seres vivos (biodiversidad) con su entorno y entre sí dentro de este entorno (el conjunto se designa con el término «ecosistema»).
Por extensión, la ecología también se refiere a un movimiento de pensamiento (ecologismo o ecología política) que se plasma en diversas corrientes cuyo objetivo común es integrar las cuestiones medioambientales en la organización social, económica y política.
A largo plazo, el objetivo es establecer un nuevo modelo de desarrollo basado en una transformación radical de la relación entre la actividad humana y el medio ambiente.
Etimología de la palabra ecología
Del griego oikos (casa) y logos (ciencia, estudio, discurso), la ecología es literalmente el estudio del hábitat.
El término fue acuñado en 1866 por Ernst Haeckel, biólogo y defensor de la teoría darwinista de la evolución. Se utiliza para describir el estudio de los hábitats naturales, los ecosistemas y sus habitantes (seres vivos). El término «ecología» se refería inicialmente a una ciencia medioambiental que se ocupaba del estudio de las interacciones de los seres vivos entre sí y con su entorno.
Historia de la ecología científica y política
Como disciplina científica, la ecología se basa en el progreso continuo de los conocimientos a finales de los siglos XIX y XX, y se documenta en la encrucijada de todas las disciplinas estrechamente o lejanamente relacionadas con la biología, como la genética, la etología, la geología y la climatología.
Su principal objetivo es comprender la complejidad de los ecosistemas naturales. La disciplina ha seguido desarrollándose hasta nuestros días.
Pero la ecología también se convirtió en una idea política: los inicios de la ecología política también aparecieron en Occidente, en la segunda mitad del siglo XIX, como reacción al advenimiento de la era industrial.
Frente a la contaminación y la degradación de la naturaleza provocadas por las actividades económicas e industriales, cada vez más personas empezaron a reclamar una forma de protección necesaria para la naturaleza.
Esta idea se desarrolló a lo largo del siglo XX, pero fue sobre todo en los años sesenta cuando esta corriente de pensamiento se convirtió en un verdadero movimiento político. La interpretación moderna que surgió en la década de 1960 le dio una nueva definición. La ecología, tal y como la entendemos hoy, es el resultado de una concienciación global sobre el cambio climático y los efectos nocivos de la actividad humana sobre el medio ambiente.
En Europa, fue por entonces cuando empezaron a alzarse voces para hacer de la ecología un proyecto político. En 1961 se fundó la ONG WWF, seguida en 1970 por Amigos de la Tierra.
En el mundo, también fue durante este periodo cuando se desarrolló la idea de la ecología política. En Estados Unidos, la publicación del libro Sprint silencioso de Rachel Carson en 1962 alertó de los peligros de la crisis ecológica.
Diez años más tarde, investigadores del MIT publicaron el Informe Meadows (Stop the Growth), en el que destacaban los peligros ecológicos del crecimiento económico mundial. Desde entonces, la conciencia ecológica no ha dejado de crecer.
El informe Meadows
¿Cuáles fueron los límites del MIT de 1972 para el estudio del crecimiento?
The Limits to Growth (LTG) es un informe de 1972 que discutió la posibilidad de un crecimiento económico y demográfico exponencial con un suministro finito de recursos, estudiado por simulación por computadora. El estudio utilizó el modelo informático World3 para simular las consecuencias de las interacciones entre la Tierra y los sistemas humanos.
Concluyó que los límites del crecimiento en 1972: Si las tendencias actuales de crecimiento de la población mundial, la industrialización, la contaminación, la producción de alimentos y el agotamiento de los recursos continúan sin cambios, los límites del crecimiento en este planeta se alcanzarán en algún momento dentro de los próximos cien años.
La década de 1970 supuso el inicio de un ajuste de cuentas medioambiental en Estados Unidos. Espoleados por la creciente preocupación pública, las empresas y los dirigentes nacionales se comprometieron a proteger los recursos y crearon nuevas leyes y organismos para dirigir ese esfuerzo.
En medio de estos debates, un grupo de investigadores del MIT se planteó una cuestión de gran calado: ¿Cuánto tiempo puede la humanidad seguir creciendo y consumiendo al ritmo actual?
Utilizando modelos informáticos, llegaron a una terrible conclusión:
«Si las tendencias actuales de crecimiento de la población mundial, industrialización, contaminación, producción de alimentos y agotamiento de los recursos no cambian, los límites del crecimiento en este planeta se alcanzarán en algún momento de los próximos cien años. El resultado más probable será un descenso bastante repentino e incontrolable tanto de la población como de la capacidad industrial».
Su informe, «Los límites del crecimiento», generó una amplia controversia cuando se publicó en 1972. Era una extensión intelectual de la tesis del biólogo Paul Ehrlich en su bestseller de 1968 «La bomba demográfica», que predecía que la demanda mundial agregada de recursos, impulsada por el crecimiento de la población, conduciría a la hambruna en el futuro.
Algunas de las predicciones de «Los límites del crecimiento» fueron impresionantemente acertadas, mientras que otras resultaron estar muy equivocadas.
«Los límites del crecimiento» acertaron en un punto más amplio: los seres humanos deben limitar y reducir pronto su producción agregada de emisiones de gases de efecto invernadero. Los autores anticiparon el potencial de la economía mundial para cambiar a fuentes de energía más limpias, señalando que
«Si algún día las necesidades energéticas del hombre se cubren con energía nuclear en lugar de combustibles fósiles, este aumento del dióxido de carbono atmosférico acabará por cesar, esperemos que antes de que haya tenido ningún efecto ecológico o climatológico mensurable».
¿Para qué sirve la ecología?
Como disciplina científica, la ecología permite comprender mejor cómo viven e interactúan los seres vivos en un entorno. Como idea política y social, la ecología pretende proteger los ecosistemas, la biodiversidad y el medio ambiente en general, en particular para que las sociedades puedan vivir de forma resistente y sostenible.
La crisis ecológica y sus peligros
Hoy en día, los científicos advierten regularmente del desarrollo de una crisis ecológica a escala mundial. Más de 15.000 científicos han firmado una declaración en los medios de comunicación para concienciar sobre los peligros de la crisis ecológica mundial.
El objetivo de la ecología es frenar esta crisis ecológica, e incluso poner en marcha fuertes mecanismos para proteger el ecosistema e intentar evitarla.
Esta crisis ecológica es consecuencia de la contaminación y los desequilibrios generados por las actividades humanas.
El calentamiento global es uno de los ejemplos más conocidos: el CO2 emitido por los combustibles fósiles y la producción mundial de electricidad, así como por la agricultura y las industrias humanas, está contribuyendo a alterar el equilibrio de la atmósfera y, por tanto, del clima.
Como consecuencia, la temperatura media mundial está aumentando, lo que está transformando el ecosistema global.
Hoy en día, el calentamiento global tiene consecuencias muy diversas: contribuye al deshielo y a la subida del nivel del mar, pero también a la acidificación de los océanos.
Está provocando un aumento de los fenómenos meteorológicos extremos y de las catástrofes climáticas.
También está transformando la agricultura al cambiar el metabolismo de las plantas. En consecuencia, el calentamiento global pone en peligro las sociedades humanas.
La crisis ecológica se debe a otros muchos fenómenos: la extinción de la biodiversidad (vinculada sobre todo a la destrucción de los hábitats naturales), la contaminación atmosférica, el deterioro de la calidad del suelo, la contaminación del agua, la sobreexplotación de los recursos naturales, la sobrepesca, etc.
Todos estos fenómenos se combinan para poner en peligro la estabilidad de los ecosistemas del planeta y, por tanto, nuestra capacidad de vivir en ellos.
La ecología y la protección del medio ambiente y las sociedades
La ecología es, pues, fundamental porque, al proteger el medio ambiente y la naturaleza, permite limitar los daños de la crisis ecológica y, por extensión, proteger mejor nuestras sociedades.
En efecto, sin protección del medio ambiente, la capacidad de desarrollo e incluso de supervivencia de las sociedades humanas podría ponerse rápidamente en entredicho.
Por ello, cada vez más expertos consideran la ecología como una prioridad política de primer orden.
Ecología, RSE y desarrollo sostenible
Marginados durante mucho tiempo, los trabajos de la ecología científica y sus corolarios en materia de ecología política se desarrollan cada vez más y alimentan ahora la reflexión sobre las transformaciones indispensables de los modelos de desarrollo a corto, medio y largo plazo.
Es el caso, en particular, de la RSE. El aspecto de desarrollo sostenible de las estrategias de responsabilidad social de las empresas se ve afectado a todos los niveles por la necesidad de tomar decisiones y emprender acciones, como una mejor gestión de los recursos energéticos y una preservación más rigurosa y sostenible del medio ambiente y la biodiversidad.
En este sentido, la consideración de criterios ecológicos por parte de la economía está pasando gradualmente del terreno de los meros deseos al de la realidad tangible.
En este mundo complejo que se perfila ante nosotros estamos más decididos que nunca a descifrar y analizar todos los grandes fenómenos que sacuden nuestras sociedades:
- Para poner en primer plano una información contrastada, basada en la ciencia, sin ideas preconcebidas ni concesiones.
- Proporcionar a los ciudadanos mejores claves para comprender y actuar en un mundo en transición.
- Para ofrecer información independiente y de calidad, al alcance del mayor número de personas posible y sin publicidad para el nuevo 4×4, la información debe ser gratuita.
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