Revista Diario

Ecomuseo Minero De Samuño

Por Marvahe @lluviaalpasear
Ecomuseo Minero De Samuño

El Ecomuseo Minero del Valle de Samuño es una irrepetible oportunidad para adentrarse en las entrañas de una mina real, sentir su humedad, su olor, y hacerse una ligera idea de cómo es el ardúo trabajo de un minero.


Si algo tiene Asturias arraigado a su historia es sin duda, la mina. Asturias no solo son verdes prados y profundos valles, impresionantes montañas o bucólicas playas. Asturias también es mina, está teñida de carbón, del esfuerzo de aquellos hombres y, en ocasiones no tan hombres, que bajaban a las entrañas de la tierra a arrancar piedras negras.
Raro es encontrar a algún asturiano que no tenga o haya tenido algún familiar minero. Llevamos la mina en la sangre, nos emocionamos y soltamos la lágrima cuando escuchamos Santa Barbara Bendita. La mina forma parte de nuestra historia, de quiénes somos.
Ecomuseo Minero De Samuño
Por tanto si eres asturiano o estás de visita en el Principado, no debes pasar la oportunidad de conocer un trocito de nuestra historia. El Ecomuseo del Valle de Samuño no solo es la ocasión para hacerlo, sino un viaje en sí hacia al pasado.
Ubicado en Langreo, en plena cuenca minera, este viaje comienza en la estación del Cadavíu, punto de partida de un trayecto de una media hora de duración, donde un pequeño tren amarillo y para deleite de los más pequeños, nos adentra en lo más recóndito de un pozo minero, iremos escuchando los sonidos típicos de una mina, nos haremos una ligera idea de cómo se trabajaba allí dentro. Para llegar más tarde al pozo de San Luis, una salida al exterior para visitar las instalaciones de dicho pozo.

Ecomuseo Minero De Samuño

El Castillete y Exteriores


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Ventana de La Pagaduría

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Sala de Máquinas

Ecomuseo Minero De Samuño

Vestuarios


Recorrer la sala de máquinas, equipada con los compresores y maquinaria original. Admirar el Castillete, construido en 1930, pasear por los vestuarios,  detenerse a escuchar el singular método de fichajes dentro de la Lampistería o pararse a contemplar la ventana de la Pagaduría, donde los trabajadores recibían el sueldo cada viernes, tras hacer cola, lloviese, ventase o al calor del sol, ya que no se les permitía su entrada en las oficinas, son en su conjunto una de las experiencias que más me ha gustado y emocionado. Quizás porque mi bisabuelo era minero, uno de tantos que salió una mañana de casa, y nunca regresó.

"En la planta catorce del pozo minerode la tarde amarilla tres hombres no volvieronhay sirenas, lamentos, acopasados aiesa la boca del pozo."La Planta 14 - Víctor Manuel
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