Tras 22 días ininterrumpidos de protestas y sin fecha exacta para la instalación de un diálogo nacional en el que se espera encontrar solución a la crisis sociopolítica que enfrenta el país, entre algunos universitarios que lideran la rebelión popular, sigue tomando fuerza la idea de promover un paro nacional. Sin embargo, especialistas advierten que con solo las protestas, la economía ya está dañada y en la medida en que se prolongue la crisis el deterioro será mayor e incluso puede ser irreversible. Por tanto, advierten que el paro solo debe contemplarse como última opción para forzar al Gobierno a negociar.
La última vez que en Nicaragua se realizó un paro nacional fue en 1979, previo al derrocamiento de la dictadura de Anastasio Somoza. Para algunos especialistas esto marcó el inicio de un declive económico que se prolongó durante todo el gobierno sandinista en los años ochenta y que dejó secuelas que algunos indicadores económicos, como la productividad, aún no han superado.
Y aunque existen ciertas similitudes entre las condiciones de esa época y las actuales, los especialistas consideran que no es indicado hacer comparaciones y que los cálculos que se hagan sobre los posibles efectos son pura especulación.
“El daño que provocaría un paro nacional no se puede precisar porque no es solo el paro, sino toda la situación: preparo, paro y posparo y entrar en posibles escenarios es sumamente difícil”, dice un economista que solicitó no ser identificado.
Cortesia de: El 19 Digital
Con salida rápida el costo sería menor
No obstante, él admite que si un paro nacional condujera a una “salida rápida” a través de elecciones adelantadas, el costo sería mucho menor al que provocará una crisis que se prolongue hasta 2021, año en que está prevista la elección de nuevas autoridades. Pero también advierte que “un paro no garantiza una salida rápida”.
La crisis que enfrenta el país inició el pasado 18 de abril y en estos 22 días de protestas ininterrumpidas ha dejado decenas de muertos y heridos —en su mayoría estudiantes— y a ellos se suman al menos cien millones de dólares que reporta en pérdidas el sector turístico y 70.5 millones de dólares más que perdió el comercio solo en los primeros 13 días de protestas. Pero los especialistas aseguran que estas pérdidas son mínimas en comparación con las que provocaría un paro nacional.
“Es indudable que la economía ya entró en una desaceleración y que se terminó la época de las vacas gordas y que la prima de riesgo país ya aumentó. Hoy todas las empresas ya valen menos que antes del inicio de las protestas y la pregunta es qué pasaría con la prima de riesgo en una huelga nacional o con una crisis prolongada de tres años y medio. Creo que el problema con la prima de riesgo de las empresas va a ser más grave si la crisis se prolonga y los efectos en el riesgo país serán más graves”, explica el economista que pidió el anonimato.
En entrevista concedida a LA PRENSA el pasado lunes, el presidente de la Unión de Productores Agropecuarios de Nicaragua (Upanic), Michael Healy, afirmó que un paro nacional tendría graves consecuencias para el país porque generaría pérdidas, quiebra de empresas y mayor desempleo, pero si la mesa de diálogo no produce resultados que encaminen al país a la democratización usar ese instrumento de presión no es descartable.
“Hay que ser cautelosos con este tema, si al final de cuenta se tiene que llegar a un paro nacional para que seamos escuchados y sean solucionadas las dos peticiones que tenemos sobre la mesa, pues tendremos que llegar a un paro nacional para poner presión”, dijo Healy, quien señaló que por ahora no es oportuno usar esa medida mientras no se produzca el diálogo y se vean los resultados del mismo.
Healy es uno de los delegados por el sector privado para participar en la mesa de diálogo con el Gobierno.
Para el también economista Edmundo Jarquín es “bien importante apreciar desde el punto de vista económico que la estabilidad autoritaria de Daniel Ortega ya ha herido de gravedad el clima de inversión en Nicaragua y en ese sentido la demanda de elecciones anticipadas cobra todo el sentido del mundo, porque prolongar el régimen de Ortega es prologar esta situación de afectación al clima de inversión, que además tiene una dimensión transversal que afecta a todos los sectores de la economía”.
Para Jarquín la “resistencia de Anastasio Somoza a aceptar la mediación que entonces se planteó desde la Organización de Estados Americanos condujo a un paro nacional que se realizó a inicios de 1979 y provocó daños incalculables en la economía, como eventualmente los provocaría la resistencia de Ortega si no concede las condiciones necesarias para la instalación del diálogo nacional”.
Jarquín añade que dichas condiciones “según los voceros de los estudiantes, que son los verdaderos protagonistas, son que el Gobierno acepte una comisión de la verdad imparcial e independiente integrada por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) y los relatores del alto comisionado de Naciones Unidas para los derechos humanos; y en segundo lugar que cese la represión”.
Fuga masiva de capital
Según los economistas, entre más se prolongue la crisis se incrementa el riesgo de una fuga masiva de capital que afectaría incluso el tipo de cambio del córdoba, aunque se considere que no existe riesgo de una devaluación imprevista, ya que existe un sistema de devaluación fijo. La crisis también puede dificultar a las empresas y usuarios de crédito en general honrar sus compromisos y se incrementaría la mora y todo esto afectaría la estabilidad el Sistema Financiero Nacional.
“Ojalá que no tengamos que llegar a eso porque realmente el daño sería para el conjunto de la sociedad y en ese sentido el único responsable de evitar que lleguemos a esa situación es el gobierno de Ortega”, advierte Jarquín.
Además de la captación de inversiones y del riesgo país que ya están afectados, los economistas dicen que como en toda crisis el sector de bienes suntuarios será el más afectado, ya que la compra de vehículos y otros similares puede postergarse. En cambio los bienes esenciales, como alimentos, son los menos afectados.
Ambos economistas consideran que para minimizar los daños que esta crisis provocará a la economía lo más indicado es buscar la salida rápida que han planteado los estudiantes y la población en general en las calles y que implica adelantar las elecciones previstas para 2021 para instaurar la democracia en Nicaragua, que es clave para atraer más inversión
Mipymes con menor capacidad
El Consejo Nicaragüense de la Micro, Pequeña y Mediana Empresa (Conimipyme) ha estado analizando los posibles efectos de un paro nacional y de la cantidad de días que las empresas del sector resistirían una paralización de sus actividades, dice el presidente de la organización Leonardo Torres.
Según Torres, llegaron a la conclusión de que las microempresas son las que tienen la menor capacidad de resistencia y que ante un eventual paro corren incluso el riesgo de desaparecer. Mientras que las pequeñas y medianas empresas tampoco podrían resistir muchos días.
Torres añade que incluso sin que se concrete el paro nacional, la crisis actual ya está dañando a todos los sectores de la economía, aunque los relacionados con la imagen país como el Turismo y la captación de inversiones son de los más afectados.
Nadie está preparado
El presidente de la Cámara de Comercio y Servicio de Nicaragua (CCSN), Rosendo Mayorga, advierte que ningún sector de la economía de ningún país del mundo se prepara para un evento como un paro nacional. “Eso no se trata de preparación ni mucho menos, las condiciones se darán en su momento de acuerdo con cómo se desenvuelva la situación del país, por eso prefiero no hacer proyecciones, porque tenemos que darle chance al diálogo nacional, no quiero dar opiniones sobre suposiciones, porque mientras la oportunidad de diálogo esté presente sobre la mesa tenemos todos que apostar por el diálogo y apostar por que este se va a llevar a cabo”, dice Mayorga.
Es difícil que la economía nicaragüense pueda aguantar más de tres años en una situación como la actual, la salida que debe buscarse es la que está planteada en las calles para adelantar la elección”.
Edmundo Jarquín, economista.
Via: laprensa.com.ni